Encuentra Reina Castro en la escritura la manera de sanar el dolor que le causó el asesinato de su esposo durante los años de violencia en Ciudad Juárez; hoy cuenta con una producción de tres obras literarias.
Durante los años de la violencia en Ciudad Juárez miles fueron las víctimas a manos de quienes sembraron el terror en ciudad, y en ese marco de dolor, varios elementos de la policía municipal fueron asesinados entre ellos, el esposo de Reina Castro, una maestra de primaria, quien entonces tenía la responsabilidad de enseñar a sus alumnos los principios de su educación académica.
“Ese día llegamos a casa mi marido y su servidora, en donde ya nos esperaban varios sujetos, quienes al ver a mi marido le dispararon en repetidas ocasiones para quitarle la vida en mi presencia y la de mis hijos, quienes se encontraban en el interior de nuestra vivienda”, mencionó al recordar los hechos de esa mañana calurosa del mes de junio del 2010.
“El momento fue de locura por impacto emocional de ser testigos de un hecho de estas características, y lo es más si la víctima es un ser cercano, como en mi caso lo fue mi esposo, quien al momento de los hechos se desempeñaba como elementos de la policía municipal en esta frontera”, agregó.
“A partir de ahí fueron meses de estar inmersa en una fuerte depresión, sin comprender el porque de las cosas, y reclamándole a Dios porqué me había quitado a mi compañero de vida, hasta que un día me dedique a plasmar en una hoja de papel mis emociones llenas de frustración, de tristeza y de enojo, y fue así como empecé a incursionar en las letras, en donde encontré la sanación a mi dolor, y que hoy, a la vuelta del tiempo, me permiten ver la vida de manera diferente, pero sobre todo, he recuperado mi fe en Dios, quien es al final el que hace las cosas”, externó.
Maestra retirada de profesión, Reina Castro, indico que de niña gustaba de escribir, talento que en sus años de docente experimento, pero sin llegar a nada concreto, ya que solo escribía pequeños párrafos en los momentos de inspiración, y que luego se perdían en cualquier lugar, sin embargo, a raíz de su perdida, empezó a redactar su sentir en hojas que fue guardando, más que nada como una manera se encontrar, a través de la escritura, la cura al dolor que le embargaba el alma, y que con nadie podía compartir.
“Fueron meses de acompañar el llanto con la escritura que, como prueba inequívoca de mi sufrimiento, quedó plasmado sobre hojas blancas que ahí se quedaron en el armario por varios años, hasta que alguien me dio la idea de generar un libro que estuviera al alcance de cualquier persona, lo que de entrada no acepté, hasta que me convencieron, y fu así como en surgió mi primera obra con el título “De víctima a vencedora”, en donde están escritos mis años de dolor, pero también está escrita mi resiliencia como ser humano, todo gracias a la escritura mediante la cual encontré de nueva cuenta la comunicación con Dios”, añadió.
La escritora, mencionó que luego de su primera publicación, le siguió la obra “Todo tiene su tiempo”, el cual, en cierto modo, es una continuidad de “De víctima a vencedora”, y que finalmente escribió “Mujer es poesía entre dos”, en compañía del Profesor César Barrón.
Sobre las características de sus obras, la profesora en retiro, mencionó que son experiencias propias, y que, hoy, al ver la vida de otra manera, espera que muchas personas los lleguen a leer, pero, sobre todo, que muchas más busquen en la escritura una manera de alcanzar el saneamiento emocional, cualquier que este sea, y sin importar la circunstancia que lo haya provocado.
