Al pueblo pan y circo, así ha sido el gobierno de Maru Campos o “Maru Moches”, como se le conoce a la duartista número uno del estado. Su administración se ha distinguido por las promesas incumplidas y el transporte público de Ciudad Juárez, es una prueba, entre otras, de la ineptitud con la que cabalga ante los principales problemas que le duelen a la frontera.
Por la cabecita de Campos, tal parece, que los vulnerables y los más desprotegidos, están en el último lugar de importancia en su plan de gobierno. Y nos es que es este Rompenueces exagere, es la puritita verdad. Veamos entonces paso a paso, cómo ha transitado de promesa en promesa en el asunto del transporte.
El 22 de abril de 2022, anunció con todo y su sonrisa congelada, el inicio de la fase preoperativa del Juárez Bus durante la presentación de los avances en la infraestructura que comprenderá el sistema masivo de Juárez.
“Los esfuerzos por el mejoramiento del sistema de transporte “Juárez Bus” son en respuesta a la petición contundente por parte de los juarenses”, dijo la góber.
Y ya entrada en su discurso, pues, dijo que la ruta Troncal II contaría con 18 unidades articuladas nuevas, y que en la etapa preoperativa prestarían el servicio las unidades articuladas que ya se encontraban en Ciudad Juárez, y que fueron presentadas durante el recorrido. Paulatinamente se incorporarían hasta 20 unidades tipo Padrón (Torino). Nadita de eso ha pasado.
Esos camiones que fueron mostrados para la foto del comunicado, pos no se ven en las calles. El servicio del “Juárez Bus” es deficiente, y el carril es utilizado más por guiadores desesperados por el tráfico vial diario que trajo el proyecto que nació muerto desde la administración de Javier Corral, que por camiones Torino.
Casi un año después, el 6 de marzo 2023, se sacó de la manga que la entidad recibiría 900 camiones urbanos rechulos para prestar el servicio en Chihuahua capital y en esta ciudad. La verdad es que a la mandataria deberían de darle un premio por su ejemplo de cómo darle atole con el dedo a los juarenses. ¡Son mentiras, sólo mentiras!
De las chatarras móviles que siguen prestando el servicio, que por cierto están fuera de la Ley Estatal de Transporte, solo queda la pena ajena. Alguien dijo por ahí, que las mugrosas ruteras de Juárez parecen un matatu (camión) de Kenia. Y tiene razón: son unas porquerías que al Gobierno del Estado deberían dar vergüenza.
Es una mentada de madre, hay que decirlo así, con las palabras como son, que se permitiera un aumento en la tarifa, cuando los concesionarios no le han echado nada de ganitas para mejorar el transporte que utiliza el pueblo juarense.
Los funcionarios, muy agustines, sentados en sus escritorios de madera fina en Palacio de Gobierno, se han atrevido a decir, quitados de la pena, que en Juárez operan más de 600 camiones, cuando no hay ni 300 en las calles. Solo es cuestión de preguntarle a la gente que usa esas latas de sardina para saber que ahora, como nunca, el transporte está hecho garras.
El Gobierno del Estado no se atreve a meterles ni poquitita presión a los abusones de los concesionarios, porque éstos tienen amenazados con paralizar el servicio. Son una mafia, pues. Las autoridades prefieren someterse y ya ni qué decir de las promesas de la gobernadora, que como ella utiliza la flotilla de aviones para sus constantes traslados, no le importa resolver este problema que ha aquejado a la ciudad desde hace decenas de años.
Luis Manuel Aguirre, el director de Transporte Público del Estado en Juárez, no ha servido para nada, ni ha resuelto, ni se ha metido a ver cómo operan las rutas que hay en Juárez. En diciembre de 2022 asumió su cargo y lo único que ha pasado desde que el es jefe de la oficina local, es que la tarifa para los juarenses subió 50 por ciento. Ya ni la friegan.
Hay que decirle, gritarle con juerza a Aguirre, que le ha quedado bien mal a los juarenses, le ha fallado al pueblo, a los más necesitados, a los que el gobierno azul siempre olvida y pos eso, que no se nos olvide, es un crimen. No sabemos si Aguirre lo hace por los billetazos que le arriman los concesionarios, porque siempre han trabajado así, corruptos y con trampas, o porque es un inepto, igual que los de arriba en el organigrama de mando del Gobierno del Estado.
