Pos el flamante director de transporte estatal en esta ciudad, Luis Manuel Aguirre, lo único que ha hecho, nos dicen fuentes de esa dependencia, es tratar de resolver los problemas desde sus cantinas preferidas y engordando su cartera, como siempre lo ha hecho, gracias a sus puestos en el gobierno.
Hasta hoy “su mejor gran estrategia”, pues, es haber implementado un programa de cursos de manejo de estrés para los choferes de las rutas destartaladas que siguen prestando su servicio a los más vulnerables, a los más necesitados de esta frontera, y también, para que nadie lo olvide, avaló el aumento de un cincuenta por ciento a la tarifa.
Aguirre tiene una gran cola detrás de su servicio público. Ha fungido como jefe del Departamento de Transporte en Juárez, regidor del Ayuntamiento de Juárez, director de Planeación en el gobierno municipal de Juárez, asesor fiscal en oficinas de Recaudación en distintas ciudades del país. En todos esos cargos, NO HA HECHO ALGO SOBRESALIENTE.
Ha sido acusado públicamente, allá en tiempos del exalcalde “Teto” Murguía, como parte de la solapadera a la violación de derechos humanos, entre el 2010 y 2013, cuando formaba parte de la Comisión de Seguridad Pública. Su trabajo como regidor a favor del pueblo fue nulo, nunca hizo nada y se dedicó a guardar silencio cuando le llegaron a las manos los señalamientos de Human Rights Watch, sobre el pasado de Julián Leyzaola, y los que le llegaron después, como los de marzo de 2011, cuando la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chihuahua documentó varios casos de abusos policíacos de la SSPM.
Era de los ediles pasalones de la administración, un levantadedos, a quien le fue bastante bien económicamente. Gustoso de las buenas comidas y ni se diga de la bebida, Aguirre pasó sin ton ni son por esa comisión de regidores.
Luego, años después, hizo el ridículo en la administración de Armando Cabada. Aguirre no olvida cómo fue separado del gabineta por el exalcalde en febrero de 2017. Era Director General de Planeación y Evaluación, y apenas llevaba cuatro meses en el cargo. Se dijo extraoficialmente que los motivos de su “renuncia” fueron la falta de resultados, indisciplina y que a veces, sobre todo los lunes, ni siquiera se presentaba a trabajar. De ahí, Cabada lo puso COMO AVIADOR.
Ha sido un funcionario indolente y hasta flojo, pues, y todavçia así, la gobernadora Maru Moches no tuvo empacho en nombrarlo como subsecretario de Transporte en septiembre de 2022. Desde entonces se la ha pasado navegando junto con su incapacidad.
Aguirre es el principal obstáculo, igual que los concesionarios, para modernizar el transporte público. Las carcachas que prestan el servicio continúan sin placas, algunas hasta con 20 años de antigüedad, pasándose altos, incumpliendo con sus recorrridos, causando accidentes y muertes. Don Luis Manuel, digámoslo en palabras del pueblo, es un pasado de lanza.
Se ha negado a solucionar la reestructuración de las rutas y ni le ha entrado al tema de la Segunda Ruta Troncal (BRT II). Todo mundo sabe que se dedica a obstaculizar los trámites de los mafiosos de los concesionarios para que después le caigan con sus bondadosas mordidotas.
Mientras tanto siguen atorados en su escritorio proyectos, la regularización, la modernación y el grave problema de que los concesionarios prefieran ahora darle servicio a la maquiladora y de dejar a pie a miles de usuarios, pero sabemos, que pos ahí también hay corrupción de la buena. TONS, DESGRACIADAMENTE, NADA VA A CAMBIAR.
EXTRA, EXTRA
En otro tema igual de importante, el de la seguridad, este fin de semana un loco o locos, no se sabe todavía, colocaron bombas caseras en los cines de Gran Patio Zaragoza. Los artefactos contenían clavos, aluminio y ácido, entre otras sustancias. De haber explotado, estaríamos lamentando una tragedia que hubiera puesto oooootra vezzzzzzz en el ojo del huracán internacional a la tan golpeada ciudad en la que vivimos.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado se aventó la puntadota de decir en un comunicado de prensa que disponía de toda la tecnología de la Plataforma Cenicienta o Plataforma Centinela para investigar los actos terroristas, esos son, los sucedidos en la plaza comercial. La puritita verdad es que el sistema de vigilancia está incompleto, porque la gobernadora se ha dedicado a mentir desde que se descubrió la transota, señalada por la oposición morenista que detectó que el costo global de la obra de seguridad sería de más de 4 mil millones de pesos. Desde entonces se han dedicado a tratar de desmentir esa cifra, que ahora, según el Gobierno del Estado, será solo de 600 millones de pesos, pero no han dicho nada de los moches, ni el secretario de Obras Públicas, Mario Vázquez, o la góber panista más duartista que César Duarte. SILENCIOTE ABSOLUTO.
Vamos a ver qué resultados arroja el sistema de primer mundo, la Torre Centinela, que no la tiene ni la NASA, pues. Quien o quienes han colocado bombas con ácido en tres ocasiones en los últimos meses, deben ser detenidos de inmediato. ESO ESPERAMOS.