Pos los muertos siguen en las calles, en las casas, en los botes de basura, en los baldíos, en todas partes, pues, y nomás nadie puede ponerle un alto a la violencia. Los balazos continúan sonando en las madrugadas en el suroriente, la gente se sigue matando en el Centro de la ciudad, y ya es mucho el desastre, ya hasta parece limpia, dirían por ahí
A los políticos les importa más la grilla, ver cómo andan sus partidos, para colarse por ahí y también por allá, con el único propósito que seguir alimentando su avaricia. Les importa más el poder y el dinero, que solucionar la tremenda bronca de la inseguridad.
De cada cien que matan en esta frontera, únicamente detienen en promedio a un sospechoso. Las cosas andan mal en el pueblo y ya se salieron de control. La Mesa de Seguridad y Justicia de Ciudad Juárez dijo esta semana lo que ya todos sabemos, pero ahora con cifras exactas, que los asesinos andan haciendo lo que quieren como almas que lleva el mismísimo Diablo y nadie puede, o más bien nadie quiere, ponerles un alto, sea por el motivo que sea.
Resulta que en lo que va del año, hágame el favor, mi estimado lector, lectora, el índice de impunidad en en los homicidios es del 95 por ciento, o sea, peor que en el 2022, cuando fue del 90 por ciento. En Juárez en el tema de la inseguridad andamos como los cangrejos, nomás caminando para atrás.
No se habla muchos de los carjakings o los robos de auto con violencia, pero en promedio se registra uno cada dos días, y los autos que se roban sin violencia, son seis diarios, según las autoridades de la Mesa de Seguridad, y pos al menos en abril, se registraron cada cinco días un robo violento a casa habitación, de esos en los que los malandros entran armados a una vivienda y amagan a la familia, mientras vacían su casa y el daño psicológico es devastador.
Esta impunidad la ciudad la viene arrastrando desde hace años y los políticos siguen lucrando con ella, nomás prometiendo, sin cumplirle las promesas al pueblo. El caso de Maru Campos, o Maru Moches, es un ejemplo de esto.
El 1 de mayo de 2019, ya bien encampañadota, la duartista número uno del estado, como le dicen en las redes sociales, se comprometió ante los chihuahuenses desde Delicias, luego de lucrar con el tema del agua y prometerle a los agricultores lo que nunca iba a cumplirles, a regresarle la seguridad a cada una de las ciudades tomadas por el crimen organizado.
Apenas unos días atrás, el 29 de abril de ese año, en Chihuahua capital, la candidata panista reconoció que la ciudadanía estaba cansada de los candidatos que prometen cualquier cosa a cambio de votos y no están dispuestos a cumplir, rompiendo la confianza de la gente y olvidándose de sus compromisos, pos solo se mordió la lengua, porque ya estamos en el 2023, y no ha hecho nada por Juárez en el tema de la seguridad, ni en ninguno otro.
Igual que su antecesor, Javier Corral, la góber sólo se ha enfocado en hacer correr sangre política, con funcionarios de la pasada administración estatal, debido a que se atrevieron a investigar las malandradas de su jefe, César Duarte; también se la ha pasado a golpe y golpe con los servidores públicos de alto nivel de la 4T, a quienes ha recurrido cuando el barco se le anda hundiendo, pero ya nomás que agarra vuelo, les ha dado tremendas puñaladas por la espalda.
Pos anda enojada porque el Gobierno de la República, o el presidente Andrés Manuel López Obrador, la ha ventilado por el caso de César Duarte, que si por ella fuera y no hubiera tanta presión desde el centro del país, y de los chihuahuenses, el exgobernador ya andaría paseándose por todo el estado, y en una de esas, hasta andaría buscando ser candidato a diputado federal o senador por el PRIAN, claro, apoyado por Maru.
Todas las estrategias que ha echado a andar Campos en Juárez no le han funcionado, solo le han servido a ella y a su secretario de Seguridad Pública Estatal, Gilberto Loya (quien la ha venido acompañando en varios cargos desde que era alcaldesa de Chihuahua capital), para aparecer bien sonrientes en las fotos como si aquí no pasara nada.
Todavía la semana pasada, la góber le anduvo haciendo a la vendedora de promesas y discursos más huecos que los falsos plafones de las oficinas estatales del Pueblito Mexicano.
El martes 16 de mayo fue invitada a la inauguración del Seminario Nacional de Formación Coparmex 2023, en la mera Sierra de Chihuahua.
“Como sociedad, fallamos cada vez que un adolescente, o incluso, un niño es arrebatado de su futuro, al ser reclutado por los generadores de violencia, como sucedió con “El Chueco”, en Cerocahui, Urique. Por eso, en este gobierno humanista, tenemos muy claro que esta realidad, y esa historia de abusos en nuestra Sierra hay que ser contundentes: cero tolerancia hacia el crimen y la violencia. Toda la fuerza del estado y el peso de la Ley, contra quien perturbe la paz social y sobre todo, les robe el futuro a los niños y jóvenes de la Sierra Tarahumara, y de cualquier región”, dijo entre otras bla bla blas, la mandataria para darle atole con el dedo a los empresarios de esa confederación patronal, más panista que el mismísimo Manuel Gómez Morín.
En resúmen, la gobernadora sigue sin cumplirle a Juárez, pero pos eso sí, con el negociazo de su vida con la Torre Cenicienta, conocida también como la Torre Centinela, de la cual escribiremos pronto con lujo de detalle. Mientras tanto, Maru seguirá desviando la atención pública con sus guerritas contra los funcionarios de la Cuarta Transformación.