Los nuevos libros de texto gratuito para el nivel básico promovidos por la SEP generaron un nuevo debate nacional, donde la educación de calidad fue el centro de gran parte de la opinión pública y la posibilidad de un supuesto “adoctrinamiento comunista” se presentó como una teoría que no se ha desmentido.
Pedagogos y personal docente del nivel básico, donde se les preguntó lo que se espera del sistema Nueva Escuela Mexicana y los libros de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el ciclo escolar 2023-2024. En respuesta, sostuvieron que no hay difusión al sistema comunista y que el sistema, aunque innovador, puede mejorar.
Contrario a lo que se difunde en redes por la oposición y que han tomado como bandera algunos gobernadores, entre ellos la de Chihuahua, Maru Campos, el personal docente se encuentra entusiasmado y nervioso por iniciar clases con este nuevo modelo, pues vincula a los maestros con los alumnos, padres de familia y la comunidad alrededor de las escuelas.
Esto genera dos efectos. El primero es retar a los profesores que llevaban años dando las mismas clases de la misma manera, pues los saca de su “zona de confort” para poder impartir sus enseñanzas. “De manera particular, parece muy bueno” declaró en entrevista, aunque reconoció que hay áreas de oportunidad que se irán puliendo con el tiempo.
El modelo de la Nueva Escuela Mexicana promovido por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que abreva del llamado humanismo mexicano, parte de la pedagogía crítica de Paulo Freire, quien sostiene que los alumnos deben de ser sujetos críticos de su entorno y las escuelas no deben de alienarlos.
De hecho, en el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, el gobierno federal señala que es responsabilidad de la educación superior (y no del nivel básico) satisfacer las necesidades y perfiles del mercado laboral; en cambio, las escuelas deben crear “ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados, capaces de tomar decisiones que beneficien sus vidas”.
El modelo de la Nueva Escuela Mexicana promovido por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que abreva del llamado humanismo mexicano, parte de la pedagogía crítica de Paulo Freire, quien sostiene que los alumnos deben de ser sujetos críticos de su entorno y las escuelas no deben de alienarlos.
De hecho, en el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, el gobierno federal señala que es responsabilidad de la educación superior (y no del nivel básico) satisfacer las necesidades y perfiles del mercado laboral; en cambio, las escuelas deben crear “ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados, capaces de tomar decisiones que beneficien sus vidas”.
Al respecto, diversos profesores entrevistados por medios nacionales han señalado que este nuevo modelo dota de muchas libertades a los profesores, lo cual va de la mano con una nueva carga de responsabilidad, pues la planeación de sus clases, además de cumplir con el estándar de calidad educativa de cada ciclo escolar, deberá de crear vínculos con el alumno.
Para generar esto, se debe de partir de lo cotidiano para poder incidir en lo comunitario y, con ello, poder cumplir los planes de estudio de manera satisfactoria. De acuerdo con la directora, este reto mantiene muy entusiasmados al personal docente, particularmente a los más jóvenes, pues este modelo está más adecuado a los estudios universitarios de vanguardia en materia pedagógica.
El modelo de la Nueva Escuela Mexicana promovido por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que abreva del llamado humanismo mexicano, parte de la pedagogía crítica de Paulo Freire, quien sostiene que los alumnos deben de ser sujetos críticos de su entorno y las escuelas no deben de alienarlos.
De hecho, en el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, el gobierno federal señala que es responsabilidad de la educación superior (y no del nivel básico) satisfacer las necesidades y perfiles del mercado laboral; en cambio, las escuelas deben crear “ciudadanos críticos del mundo que les rodea, emancipados, capaces de tomar decisiones que beneficien sus vidas”.
este nuevo modelo dota de muchas libertades a los profesores, lo cual va de la mano con una nueva carga de responsabilidad, pues la planeación de sus clases, además de cumplir con el estándar de calidad educativa de cada ciclo escolar, deberá de crear vínculos con el alumno.
Para generar esto, se debe de partir de lo cotidiano para poder incidir en lo comunitario y, con ello, poder cumplir los planes de estudio de manera satisfactoria. De acuerdo con la directora, este reto mantiene muy entusiasmados al personal docente, particularmente a los más jóvenes, pues este modelo está más adecuado a los estudios universitarios de vanguardia en materia pedagógica.
Hubo especialistas detrás de los libros
Las mentes detrás de los nuevos libros de texto gratuitos son especialistas de todas las áreas de conocimiento, defienden sus creaciones y argumentan que tienen la intención de mejorar la educación en México; sin embargo, reconocieron los errores identificados y señalaron que se pueden atribuir a los procesos de edición, revisión e ilustración.
Aseguraron que en todo momento estuvieron supervisados por asesores pedagógicos, pero se les dio libertad para proponer los materiales didácticos y en ningún momento se les impuso una ideología.
Refirieron que también se ha politizado el tema porque los funcionarios que encabezan el proyecto son identificados con una ideología específica, pero los libros no tienen contenido comunista, como se ha afirmado, sino comunitario.
Los libros de texto gratuitos, al final de cuentas, serán un apoyo para los maestros, pero quienes determinarán la metodología de enseñanza serán ellos, explicaron.
Especificaron que su participación fue sin pago de por medio, pero quienes publicaron sus proyectos recibirán una gratificación. Édgar Rosas Bravo, licenciado en Docencia y Gestión para las Actividades Artísticas y maestro de secundaria, participó en los libros de segundo grado, en proyectos comunitarios y de sexto grado de primaria, en proyectos escolares, y negó que los libros contengan alguna ideología; “los libros de texto resultan ser el apoyo”, dijo.
En cuanto a los errores identificados en los materiales, expuso que el gremio magisterial hizo un sinnúmero de revisiones y en ningún momento hubo la intención de cometerlos intencionalmente.
”Nosotros estuvimos involucrados exclusivamente en el proceso de contenido, si pudiera pasar más allá, por procesos de edición, de producción, de impresión, etcétera, yo creo que radica más en esos ámbitos, más allá que del contenido”, explicó.
En ese sentido, Luis Manuel Vázquez Morales, historiador y docente en nivel medio superior, quien participó en el campo formativo Ética, Naturaleza y Sociedad, señaló que los “errores se pueden atribuir a los procesos de edición y revisión, muchas palabras y otros, los mismos correctores de los equipos suelen corregir; entonces, este proceso se pudo dar por un dedazo, por una omisión, por múltiples factores, no quiere decir que haya sido intencionalmente”.
Aseguró que tuvieron libertad de cátedra para proponer los contenidos, entregaban avances cada dos o tres días a la semana, y los asesores pedagógicos los revisaban y regresaban con observaciones, “y nosotros debíamos atender las sugerencias, nunca se nos impuso nada”.
Por su parte, Yadira Resa, licenciada en Educación Básica, participó con tres páginas en el libro de Proyectos de aula de tercer grado, con un texto sobre abuso y violencia titulado: Mi derecho a un trato digno, sin explotación ni abuso de cualquier tipo; y calificó como histórica la participación de los docentes porque “tenemos esa oportunidad que hemos peleado hace tiempo”.
Explicó que durante el proceso de elaboración de los libros de texto gratuitos les revisaron diariamente sus avances y consideró que no se está imponiendo ninguna ideología y los niños pueden apoyarse con los libros, ya que son una herramienta para la enseñanza en el aula.