La inflación de México se aceleró por tercer mes consecutivo en enero, provocando que el banco central pospusiera el recorte a su tasa de interés y la mantuviera en 11.25 por ciento.
Los precios al consumidor aumentaron un 4.88 por ciento comparado con el mismo período del año anterior, un alza frente al 4.66 por ciento de diciembre, informó el jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La lectura estuvo en línea con la mediana de las estimaciones en una encuesta de Bloomberg. La inflación subyacente, que excluye artículos volátiles como el combustible y los alimentos, se desaceleró al 4.76 por ciento, frente a la mediana de las estimaciones de los economistas, de un 4.72 por ciento.
El banco central decidió mantener su tasa clave en un máximo histórico de 11.25 por ciento, como se esperaba. Pero el implacable aumento de la inflación general plantea dudas sobre sus planes para la próxima reunión de marzo, cuando la junta podría comenzar a realizar recortes. La sostenida desaceleración de la inflación subyacente, que se monitorea atentamente en México, aún brindará cierto consuelo a los encargados de política monetaria.
El banco, conocido como Banxico, apunta a una inflación del 3 por ciento, más o menos un punto porcentual.
Es probable que Banxico enfrente complicadas cifras adicionales en el futuro, ya que las proyecciones para productos agrícolas y combustibles son menos optimistas que el año pasado, dijo Jessica Roldán, economista jefe de Casa de Bolsa Finamex.
La experta señaló que prevén que la inflación subyacente continuará descendiendo de forma muy gradual, pero los repuntes en la lectura general son fuertes. Por lo tanto, este es un entorno difícil para que el Banco de México recorte las tasas, agregó, al tiempo que dijo que la tasa de interés récord da cierto margen de maniobra a la junta de cinco miembros.