Redacción
Adrián Iván Nájera Gaytán, egresado en el año 2020 de la carrera de Ingeniería en Procesos Industriales, de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez (UTCJ), comparte su experiencia y el camino que recorrió para pasar de ser operador de maquila, a convertirse en emprendedor y proveedor de la industria manufacturera.
Todo comenzó cuando conoció la oferta educativa de “La Casa de los Toros Bravos”, donde se motivó por una ingeniería, ya que además del contenido del programa, los horarios eran flexibles y le daban la oportunidad de poder estudiar y trabajar para sacar adelante a su familia.
Al ingresar a la carrera, laboraba como operador en una fábrica, lo que lo ayudó a especializarse en las necesidades que tienen estas corporaciones y al pasar del tiempo, fue promovido hasta tener trato directo con los proveedores.
Fue así como surgió la idea de vender servicios de “MRO” (mantenimiento, reparación y operación), por lo que se acercó al área de Incubadora de Empresas de la UTCJ, para orientarse y arrancar su propio negocio.
El primer paso fue hacer un análisis de mercado y con este, entendió que tenía un negocio factible, dado que en la frontera hay por lo menos 30 parques industriales con proveeduría “MRO”.
“El primer producto que comenzamos a vender fue el zapato de seguridad, con ese arrancamos y por cierto fue un reto muy fuerte, porque en ese tiempo estaban las afectaciones por la pandemia. Sin embargo lo superamos y hemos crecido conforme el cliente nos ha demandado producto e incluso, capacitación que el cliente nos solicita”, refirió.
Tras analizar múltiples áreas de oportunidad, fundó su empresa, que además diversificó para brindar servicios de capacitación en tres rubros: calidad, seguridad industrial y manufactura electrónica.
A cuatro años de iniciada esta aventura, actualmente es el director ejecutivo de la compañía y cuenta con una plantilla de nueve colaboradores que atienden a diez empresas. Además hay acercamiento con otras compañías de fuera del país, por lo que espera continuar en expansión.
Parte de su éxito, Adrián lo atribuye a la accesibilidad que encontró en la UTCJ para continuar con su preparación académica, así como a la empatía de las y los maestros que lo alentaron, por lo que dedicó un mensaje de motivación a las y los jóvenes que actualmente cursan alguna carrera en la institución:
“Sí es muy buena Universidad, es muy noble, te ayuda muchísimo y proporciona muchos apoyos. De hecho, durante mi estancia nomás pagué dos colegiaturas porque tuve buen promedio, el mejor de mi generación. Si tienen alguna meta o quieren cumplir un sueño, háganlo a través del trabajo, pues existe mucha área de oportunidad dentro y fuera de la industria”, concluyó.