Pos en el Congreso del Estado parecen haber olvidado la esencia de su deber: representar y salvaguardar los intereses de todos los ciudadanos, sin excepción. El descontento palpablemente expresado ayer por el Cabildo de Juárez, al sentirse ignorado en una reforma constitucional de vital importancia, debería resonar fuerte en los pasillos de la Torre Legislativa.
Y es que la reforma en cuestión, centrada en la elección de magistrados y la paridad de género, no solo tiene implicaciones legales, sino también un trasfondo ético y político que no puede ser subestimado. El hecho de que Juárez, un bastión vital en el mapa demográfico y económico de Chihuahua, haya sido dejado de lado en un asunto tan crucial, es un claro indicio de la negligencia institucional.
Resulta y resalta, pues, que los juarenses no deben permitir que decisiones de tal envergadura se tomen sin la debida consulta y consideración de todas las partes involucradas. El principio fundamental de la democracia es la representatividad, y el desdén mostrado hacia Juárez en esta reforma socava esa premisa básica.
El alcalde Martín Chaparro Payán no podría expresarlo de manera más clara: es inaceptable que algunos municipios tengan el poder de eliminar la voz de Juárez en decisiones trascendentales. Esta exclusión deliberada no solo es un insulto a la población juarense, sino también una afrenta a los principios democráticos más elementales.
Es hora de que el Congreso del Estado reflexione sobre su verdadera función y corrija este desliz antidemocrático. Que no se les olvide, pues, que el verdadero poder legislativo radica en representar a todos los ciudadanos por igual, sin importar su ubicación geográfica o su tamaño poblacional. La democracia no puede ser selectiva ni parcial; es imperativo que cada voz sea escuchada y respetada en el proceso legislativo.
En la capital más conservadora, el juego de influencias y tratos preferenciales queda casi siempre expuesto. Ayer se supo que el exvocero del exgobernador Javier Corral, Jesús Antonio P. C., intentó esquivar la justicia con medidas como el arraigo domiciliario.
Sin embargo, el juez de Control puso un alto, rechazando su solicitud. La audiencia reveló su intento desesperado por evitar el encierro, pero su historial de evasión y desobediencia refleja su falta de compromiso con la ley. El privilegio y la arrogancia no pueden prevalecer sobre la justicia. La sociedad exige igualdad ante la ley, incluso para los poderosos.
Pos ya para finalizar, a los prianistas les ha de haber caído como patada de mula los resultados del simulacro electoral universitario. Claudia Sheinbaum obtuvo el 58 por ciento, y no usted a creer quién quedó en segundo lugar, pos fue Máynez, de Movimiento Ciudadano con el 25 por ciento, y pos en tercer lugar la señora X con solo 12 por ciento.
Ya solo faltan 20 días para que este arroz termine de prepararse, presumen los morenistas.
Por eso somos los rompenueces.