Pos la aplastante victoria de Morena que ya habíamos anticipado en decenas de columnas, sucedió ayer finalmente. Claudia Sheinbaum fue elegida como presidenta de México, y marca un hecho histórico para la nación. En Juárez los guindas también se llevaron casi todo el carro completo y Cruz Pérez Cuéllar, pese a la campaña sucia que se le hizo desde el Gobierno del Estado, ganó y volverá a ser alcalde tres años más.
Y es que la jornada electoral no estuvo exenta de controversias. Tras el cierre de casillas, la oposición, liderada por el PRI-PAN-PRD, hizo declaraciones infundadas sobre su supuesto triunfo en la presidencia y varias gubernaturas. Estas afirmaciones sin pruebas fueron un intento desesperado por deslegitimar el proceso democrático y sembrar confusión entre el electorado. Se vieron muy mal, pues, pero es un reflejo de que lo representa la derecha.
La candidata opositora, Xóchitl Gálvez, pidió a sus seguidores que no se durmieran, sugiriendo que habría manipulación en el conteo de votos. Esta táctica de miedo y desinformación, desgraciadamente, es un recordatorio de cómo la oposición continúa haciendo daño al país. En contraste, el equipo de Sheinbaum demostró una notable disciplina al esperar los tiempos del INE, mostrando respeto por las instituciones democráticas.
A las 11:00 de la noche, mientras la oposición seguía sin aceptar la realidad, los resultados preliminares del INE daban a Sheinbaum una ventaja clara y contundente. Incluso Gálvez, quien previamente había usado lenguaje agresivo contra Sheinbaum, tuvo que reconocer su derrota y felicitarla públicamente.
El pueblo mexicano, con su participación histórica y ejemplar, demostró su compromiso con la democracia. Anoche la fiesta en el Zócalo fue menos tumultuosa que la de hace seis años, pero no menos significativa. Esta vez, la celebración simbolizó la continuidad de un proyecto de transformación y la esperanza de un futuro más inclusivo y justo.
Con la victoria de Sheinbaum, México no solo celebra el ascenso de su primera presidenta mujer, sino también el triunfo de la verdad sobre la desinformación. La resistencia a las tácticas divisivas de la oposición y la reafirmación del poder del voto libre y consciente demuestran que, a pesar de los desafíos, el espíritu democrático de la nación sigue siendo fuerte.
En Juárez, la paliza que le puso Cruz Pérez Cuéllar al candidato prianista, Rogelio Loya, fue penosa para la derecha, que también actuó de manera muy cuestionable, incluso apoyados con el Gobierno del Estado, con Maru Campos metidísima en la elección, inaugurando el JuárezBus a unos días de las elecciones y hasta presentando un concierto gratis de Nodal 48 horas antes del proceso electoral.
La victoria del morenismo en la frontera ha dejado claro el respaldo del electorado hacia el proyecto de Morena y su candidato, Cruz Pérez Cuéllar. Según los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), hasta anoche Pérez Cuéllar había obtenido una significativa ventaja, con una proporción de 2.4 votos a uno sobre su principal rival, Rogelio Loya Luna, del PRI-PAN-PRD.
Esta cifra no solo refleja el apoyo hacia el candidato de Morena y PT, sino también la confianza en el proyecto de transformación que representa. Con un total de dos mil 009 votos contabilizados, junto a una candidatura no registrada y 106 votos nulos, el panorama electoral en Juárez se decidió antes de las 11:00 de la noche.
Este resultado preliminar refleja un sentir generalizado de la población juarense, que ha encontrado en el morenismo una respuesta a sus demandas y aspiraciones. El triunfo de Pérez Cuéllar no es solo una victoria electoral, sino un reconocimiento a la labor y promesas de transformación que Morena ha impulsado en diferentes ámbitos del gobierno.
En este contexto, pues, es crucial destacar la importancia de la participación ciudadana. Un 53.45 por ciento de la lista nominal se ha pronunciado en las urnas, reafirmando la vigencia de la democracia participativa y la voluntad del pueblo de ser parte activa en la construcción de su futuro.
El morenismo en Juárez ha logrado consolidarse como una fuerza política que inspira confianza y promueve un cambio tangible. Este respaldo ciudadano debe ser visto como un mandato claro para seguir trabajando en beneficio de la comunidad, abordando los desafíos con transparencia y compromiso.
Cruz Pérez Cuéllar se perfila ya, desde anoche, como el más firme precandidato de Morena a la gubernatura, en 3 años.
Por eso somos los rompenueces.
