En un nuevo episodio en la historia financiera, en donde los grandes inversionistas mundiales aprovecharon tasas de interés en cero por ciento en Japón para obtener grandes rentabilidades en los mercados accionarios y cambiarios, éstos entraron este lunes en un estado de máxima alerta ante derrumbes bursátiles y de tipos de cambio.
Aunado a lo anterior, el pesimismo económico sobre Estados Unidos, el escalamiento de los conflictos bélicos en Medio Oriente y los acontecimientos políticos en el mundo se apoderan de los inversionistas en el mundo al arranque de la primera semana de agosto.
En el arranque de los mercados americanos, el peso mexicano inicia la sesión con una depreciación de aproximadamente 2.51 por ciento, para cotizar en alrededor de 19.64 unidades por dólar. Durante sus operaciones nocturnas en mercados asiáticos y europeos, el tipo de cambio tocó un mínimo de 19.11 y un máximo de 20.21 pesos por dólar, nivel no visto desde septiembre de 2022.
Mientras tanto, el dólar se cae frente a la canasta de las seis principales monedas internacionales, al depreciarse, según su índice ponderado DXY, 0.89 por ciento, para operar en 102.070 unidades.
Pese a la caída del dólar a nivel mundial, el peso en México recibe con pesimismo no sólo la expectativa de una recesión económica en Estados Unidos, también un acelerado descenso de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal y una encrucijada del Banco de México en su actuar monetario, que aunque el diferencial de tasas siguiera atractivo, la economía mexicana se vería en problemas con una recesión de su principal socio comercial.