Desde el pasado viernes 2 de agosto, el peso mexicano arrastra pérdidas de las que aún no ha logrado recuperarse. Sin embargo, la mala racha no solo afecta a la moneda mexicana, también a las bolsas del mundo, como Estados Unidos y Asia, que han registrado pérdidas en las últimas horas.
Por ejemplo, en los últimos dos días, el índice Dow Jones perdió casi 3 por ciento; el S&P cayó en 3.8 por ciento y el Nasdaq lo hizo en 5.5 por ciento.
Justo cuando los mercados bursátiles empezaban a celebrar las señales de la Reserva Federal sobre un primer recorte, fueron golpeados duramente por una tormenta perfecta: datos económicos sorprendentemente débiles que resurgieron los temores de recesión, ganancias corporativas decepcionantes y malas tendencias estacionales.
La revalorización global fue tan brusca que en un momento el mercado de swaps asignó un 60 por ciento de posibilidades de una reducción de emergencia de las tasas por parte de la Reserva Federal durante la próxima semana.
La reciente crisis en los mercados internacionales se debe a que resurgió el temor de una recesión económica en Estados Unidos, la cual se había descartado hace meses después de lograr disminuir la crisis que dejó el COVID-19.
Pero el peso frente al dólar volvió a repuntar el viernes pasado a niveles más elevados desde enero de 2023 al llegar a 19.17 por dólar. “No teníamos un dólar tan caro en los últimos 18 meses”, aseguró Enrique Quintana, columnista y director editorial de El Financiero.
Por ejemplo, el peso se debilitó más de 2 por ciento frente al dólar este lunes 5 de agosto, el peor desempeño entre todas las monedas seguidas por Bloomberg.
De acuerdo con el también economista, en esta ocasión la razón del colapso de la divisa mexicana es diferente, ya que los retrocesos no se limitaron en México, sino que ocurrieron en casi todo el mundo.
Una de las principales razones, explicó, fue “el detonador de esta oleada de ventas de acciones y de la la búsqueda de refugios seguros fue el dato del empleo en el mes de julio en Estados Unidos, que el viernes dio a conocer el Departamento del Trabajo”.
Los nuevos empleos creados en julio fueron de solo 114 mil personas, muy por debajo de las expectativas y una de las menores cifras de los últimos años. Para Quintana, esto disparó los temores de que haya un freno en la economía norteamericana, que no se notó en la primera mitad del año, “pero que quizá venga en la segunda parte del 2024″.
