Pos los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum, pues, han sido un testimonio de continuidad y compromiso con la Cuarta Transformación. En un evento multitudinario en el Zócalo capitalino, la presidenta reafirmó su determinación de gobernar para el pueblo y no para unos cuantos, como sucedía en el pasado. Su discurso, cargado de contundencia y esperanza, dejó en claro que el rumbo del país se mantendrá firme en la senda del humanismo mexicano, un modelo que prioriza el bienestar colectivo sobre los intereses individuales.
“Nos eligieron para dar continuidad a la 4T… no para que regrese la decadencia del pasado en el que se gobernaba para unos cuantos”, declaró Sheinbaum, dejando en claro que su administración está dedicada en cuerpo y alma al pueblo de México. Este mensaje resonó con fuerza ante miles de simpatizantes, la plana mayor del movimiento y cinco gobernadores de oposición, quienes fueron testigos del compromiso de la mandataria.
Entre los logros destacados en este breve pero significativo periodo está la lucha por concretar la reforma del Poder Judicial y la eliminación de organismos autónomos innecesarios. Sheinbaum enfatizó que estas reformas no buscan concentrar el poder, sino democratizarlo y erradicar la corrupción que durante décadas ha minado las instituciones. “Este primero de junio de 2025 quedará grabado en la historia de México porque por primera vez se elegirá democráticamente a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, subrayó.
Y es que la presidenta también destacó la recuperación de la esencia democrática y social de la Constitución de 1917, un logro alcanzado con el apoyo del Congreso de la Unión. En su gestión, las funciones de los organismos autónomos desaparecidos se han integrado a instancias gubernamentales con un enfoque renovado, eliminando la corrupción que tanto los caracterizó en el pasado.
En un tema tan sensible como la seguridad, Sheinbaum informó que los homicidios dolosos disminuyeron un 16% entre septiembre y diciembre. Con humanismo, dedicación y honestidad como pilares, la estrategia de seguridad busca consolidar la paz en el país. “Algunos querían que fracasáramos, pero se van a quedar con las ganas”, afirmó, enviando un mensaje claro a los detractores que apuestan por el retorno al pasado.
Resulta y resalta que las críticas de la oposición y de ciertos sectores mediáticos han sido constantes. Señalan la continuidad del proyecto de la 4T como una falta de innovación, pero Sheinbaum dejó en claro que su compromiso con el pueblo es inquebrantable. “Nos critican porque defendemos los Programas de Bienestar o las obras estratégicas, pero siempre lo dijimos: para eso luchamos durante todos estos años”, aseveró.
Este compromiso se refleja en la distribución justa de los recursos públicos, que ahora benefician a todo el pueblo de México y no a una élite privilegiada. Los programas sociales, las becas y las obras de infraestructura continúan siendo el motor de una transformación que busca reducir las desigualdades históricas.
En su mensaje, la presidenta también enfrentó los prejuicios contra el liderazgo femenino. “A quienes desdeñan la capacidad e inteligencia de las mujeres para gobernar, les decimos: también tenemos la fuerza, la entereza, el temple y la capacidad para ser comandantas supremas de las fuerzas armadas”, declaró con firmeza. Este pronunciamiento reafirma que su gobierno está comprometido con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos.
Sheinbaum cerró su informe con una promesa que sintetiza el espíritu de su gobierno: “No traicionaremos nunca al pueblo de México”. Este compromiso de congruencia y lealtad con las causas populares marca una diferencia fundamental respecto a las administraciones del pasado.
Con estos primeros 100 días, Claudia Sheinbaum ha demostrado que es posible gobernar con principios, consolidar los avances de la 4T y abrir nuevos caminos hacia un futuro más justo y equitativo. La tarea no es sencilla, pero el rumbo está claro: transformar a México desde sus cimientos, con y para el pueblo.
Por eso somos los rompenueces.
