Desde el primer minuto de este miércoles 12 de marzo (hora de Estados Unidos) Donald Trump impuso aranceles de 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio de todo el mundo, incluido México. Ésta es la segunda ocasión que el magnate estadunidense pone tarifas a estos dos materiales clave en varias industrias como la manufacturera y la construcción.
En 2018, durante su primer mandato, Trump impuso un arancel de 25 por ciento al acero y un arancel de 10 por ciento a las importaciones de aluminio. En ese momento, el gobierno mexicano, encabezado por Enrique Peña Nieto, respondió con aranceles a productos seleccionados estratégicamente y provenientes de estados republicanos.
En ese momento, los aranceles en represalia de México a EU fueron por un valor estimado de 3 mil millones de dólares, con un rango de entre 7 y 25 por ciento. Entre los productos sujetos a tarifas se incluyen productos de acero (25 por ciento), productos porcinos (20 por ciento), queso fresco (25 por ciento), manzanas (20 por ciento) y bourbon (25 por ciento).
En esa época, el presidente estadunidense argumentó que los aranceles eran necesarios para devolver empleos a la manufactura y fortalecer a la clase trabajadora de su país, así como proteger la seguridad nacional, detener el tráfico de drogas y también para renegociar acuerdos comerciales que consideraba injustos para su país. En ese marco, llegó la renegociación del TLC, que dio como resultado el nacimiento del T-MEC en 2020.
Los aranceles al aluminio y al acero mexicanos terminaron el 17 de mayo de 2019 y México retiró los suyos. Sin embargo, ahí no terminaron los ataques del republicano, dado que un mes después reveló planes de imponer un arancel de 5 por ciento a todas las importaciones provenientes de México, y amenazó con aumentarlos hasta 25 por ciento si México no resolvía el «problema de la migración ilegal».