Se pregunta el Presidente de México por qué el sospechoso de asesinar a 2 sacerdotes jesuitas y a un guía de turistas en Cerocahui llevaba una vida normal, cuando tenía pendientes órdenes de aprehensión.
Ciudad de México (ADN / Martín Orquiz) – El contexto en el que se cometieron los homicidios perpetrados en Cerocahui, Urique, Chihuahua, merece una explicación a fondo de las autoridades locales, declaró el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Cómo es posible que, con una orden de aprehensión vigente, José Noriel Portillo Gil, alías el Chueco y sospechoso de matar a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como al guía de turistas, Pedro Palma, el pasado 20 de junio, tuviera una vida normal en esa región de Chihuahua, cuestionó.
Portillo Gil es considerado el presunto responsable del asesinato de Patrick Braxton-Andrews, un profesor de Estados Unidos que al parecer fue confundido con un agente policiaco de ese país.
López Obrador se movía con toda libertad, tanto así que era patrocinador de un equipo de béisbol y todo mundo supiera a qué se dedicaba y no lo tocarán.
“¿Por qué, cuál era su estatus? Tenía que haber ahí contubernio con autoridades, aquí hemos hablado del tema, muchas veces esa convivencia perversa, o ese contubernio, surge de los apoyos que se dan en campañas políticas”, expresó.
Agregó que en estados que se descompusieron por completo, las autoridades, para imponerse y hacer fraude electoral, realizaron acuerdos con grupos dedicados a la delincuencia.