En entrevista con Latinus, afirma que enfrentó al crimen organizado durante su administración y que no cambiaría la postura que asumió con López Obrador, la que tomó para evitar presión externa
Ciudad Juárez, Chih. (ADN / Martín Orquiz) – La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, mantiene una estrategia de golpeteo político, de linchamiento y de venganza política en su contra, afirmó el exgobernador de la entidad, Javier Corral Jurado, en una entrevista que se le hizo en la emisión Tragaluz, de Latinus.
Además, agregó que José Noriel Portillo Gil, conocido como el Chueco y presunto homicida de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas de Cerecahui, Urique, estuvo a raya durante su mandato y que regresó una vez que hubo un cambio en el Gobierno del estado de Chihuahua.
Acerca de la a veces tensa relación que tuvo con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, señaló que no cambiaría la posición que adoptó para evitar presiones externas hacia su gobierno.
Con relación al juicio político solicitado en su contra, Corral Jurado indicó que se trata de una acción distractora de Campos Galván, quien está al frente de una estrategia de golpeteo político, de linchamiento y de venganza política en su contra.
Aseguró que, en el estado, regresó el control, no sólo en el Poder Legislativo, sino en el Poder Judicial, en la universidad, donde “hay una nueva realidad política de control de los poderes y de los niveles de gobierno”.
Sin embargo, aseguró que le gustaría que a la gobernadora “le vaya bien”, pero es muy difícil que eso ocurra porque no va a poder gobernar al estar atrapada en los compromisos con el exgobernador de la entidad y quien está sujeto a proceso por presuntamente desviar recursos públicos, César Duarte Jáquez.
La gobernadora, en una edición anterior del mismo programa, señaló que Corral Jurado dejó muchos agravios entre los chihuahuenses, postura generada por la campaña de desprestigio que emprendió en su contra.
“A eso se ha dedicado desde que llegó, no está en la tarea del gobierno propiamente, sino en una especie de persecución contra mí, (es una venganza política) evidente porque nosotros no quisimos hacer excepciones en el combate a la corrupción y ella fue partícipe y cómplice y beneficiaria de la corrupción de César Duarte”, declaró.
Para el exgobernador, el vínculo entre Campos Galván y Duarte Jáquez está comprobado de forma absoluta, incluso la gobernadora fue vinculada a proceso.
Por eso, agregó, la mandataria dice todos los días que seguirá el expediente que tiene en su contra, pero se siente tranquilo.
Aseguró que no tiene facturas pendientes, ni dentro ni fuera del gobierno porque llegó con una libertad política, como ningún otro gobernador hizo.
Corral Jurado afirmó que el crimen organizado no le aportó algún apoyo y que lo combatió de frente y sin distingos.
Con relación al caso del Chueco, es una persona que por lo regular comete crímenes drogado, ya lo había hecho con un estadounidense en el 2018, Patrick Braxton Andrews, hecho por el cual tiene una orden de aprehensión.
“Nosotros estuvimos tras él mucho tiempo, hicimos 3 operativos, uno de ellos muy cercano a capturarlo, en el último tramo del operativo, del segundo operativo que llevamos con Sedena, hubo una filtración que le permitió huir, se esconde en cuevas, en minas y se refugia en Sinaloa”, dijo.
Añadió que jamás ha visto al sospechoso, pero sabe que su poder se lo da el cártel de Sinaloa al ser uno de los sicarios del grupo de los Salazar
“Lo mantuvimos a raya en Sinaloa… allá estuvo prácticamente 2 años; ahora, en el cambio de la administración, el Chueco regresó a la sierra de Chihuahua”, aseguró.
De su relación con López Obrador cuando gobernó Chihuahua, consideró que ambas partes cometieron errores; sin embargo, esencialmente no cambiaría la posición que tomó para no ser sujeto de la presión externa.
Es muy difícil, mencionó, el centralismo y el presidencialismo en México, enfrentarlo es una tarea descomunal, pero se tiene que seguir haciendo.