Pos en el transcurso de la historia de México, han pasado numerosos presidentes, cada uno con sus propios aciertos y errores. Sin embargo, pocos han logrado conectar con el pueblo de manera tan profunda como lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador. A lo largo de su mandato, López Obrador ha demostrado ser un presidente cercano a la gente, un líder que no sólo escucha, sino que actúa en función de las necesidades y demandas de la ciudadanía.
Según la reciente encuesta de Buendía & Márquez para EL UNIVERSAL, realizada entre el 15 y el 20 de agosto de 2024, López Obrador cierra su sexenio con un notable 73% de aprobación. Este nivel de respaldo no es casualidad, sino el resultado de un liderazgo que ha priorizado el bienestar del pueblo mexicano. En un contexto político y social donde la distancia entre gobernantes y gobernados suele ser abismal, López Obrador ha roto esa barrera, consolidándose como un presidente que camina junto a su gente, entiende sus preocupaciones y trabaja para mejorar sus vidas.
Y es que uno de los aspectos más admirados de su gestión ha sido la implementación de programas sociales que han beneficiado a los sectores más vulnerables de la población. Estos programas, dirigidos a jóvenes, personas de la tercera edad y aquellos en situación de pobreza, han sido reconocidos por el 59% de los encuestados como los logros más destacados de su gobierno. Este enfoque en la justicia social no sólo refleja su compromiso con los más desfavorecidos, sino que también ha generado un profundo sentido de gratitud y lealtad entre aquellos que se han visto directamente beneficiados.
Pero la simpatía hacia López Obrador no se limita a los programas sociales. Su estilo de gobierno, caracterizado por la honestidad, la transparencia y la cercanía, ha resonado en un país que durante décadas ha sufrido las consecuencias de la corrupción y la desigualdad. El 74% de los encuestados lo percibe como un presidente honesto, un atributo que en la política moderna es más valioso que nunca. Además, el 71% considera que ha gobernado para todos los mexicanos, un reconocimiento que habla de su capacidad para unir a un país tan diverso y complejo como México.
A lo largo de su mandato, López Obrador ha mostrado una tolerancia y una capacidad de escucha que han sido fundamentales para su popularidad. El 68% de los encuestados valora este atributo, lo que refleja un liderazgo que no sólo impone su visión, sino que también está dispuesto a aprender y adaptarse en función de lo que el pueblo demanda. En tiempos donde la polarización y el enfrentamiento parecen ser la norma, López Obrador ha apostado por el diálogo y la inclusión, y eso es algo que el pueblo mexicano ha sabido reconocer y valorar.
Resulta y resalta que aunque su gobierno no ha estado exento de críticas, especialmente en el manejo de la seguridad pública y algunos megaproyectos de infraestructura, el respaldo popular que mantiene al final de su mandato es prueba de que su enfoque en las personas ha sido efectivo. En un mundo donde los líderes suelen estar desconectados de las realidades cotidianas de sus ciudadanos, López Obrador ha demostrado que es posible gobernar con el corazón, y esa es quizás la razón más importante por la que se ha ganado un lugar en la historia como uno de los presidentes más queridos de México.
El legado de Andrés Manuel López Obrador no sólo se medirá en las políticas que implementó o en los logros que alcanzó, sino también en la profunda conexión que estableció con el pueblo mexicano. Es esta cercanía, esta capacidad para ser un presidente del pueblo y para el pueblo, lo que lo ha convertido en una figura tan querida y respetada. Y aunque su mandato llegue a su fin, el impacto de su liderazgo perdurará en la memoria colectiva de una nación que, más que nunca, necesita líderes que verdaderamente entiendan y representen sus intereses.