Pos ahora sí que la frontera norte de México, en especial ciudades como Ciudad Juárez, ha sido durante décadas un pilar de la economía nacional gracias a la industria maquiladora. Sin embargo, el anuncio de Donald Trump sobre la posible imposición de aranceles generalizados del 10 por ciento y medidas punitivas a las importaciones mexicanas amenaza con desestabilizar este frágil equilibrio económico. Estas políticas, que según el Banco Mundial podrían reducir el crecimiento económico global en 0.3 puntos porcentuales, representan un golpe directo a una región que depende casi exclusivamente de las exportaciones hacia Estados Unidos.
En Juárez, donde las maquiladoras generan más de 300 mil empleos directos y miles más indirectos, el impacto de estos aranceles podría ser devastador. La región ha construido su economía sobre un modelo de manufactura orientada a la exportación, con Estados Unidos como su principal socio comercial. Imponer aranceles del 10 por ciento, o incluso mayores, a las importaciones procedentes de México podría encarecer los productos fabricados en la frontera, erosionar su competitividad y provocar un éxodo de empresas hacia otros países con costos de producción más bajos.
Y es que el informe “Perspectivas Económicas Mundiales” del Banco Mundial advierte que el crecimiento de Estados Unidos podría disminuir de 2.3 por ciento a 0.9 por ciento en 2025 si los países afectados por las políticas arancelarias de Trump adoptan medidas de represalia. Este escenario de tensiones comerciales también podría tener efectos secundarios para la economía global, reduciendo el crecimiento proyectado al 2.4 por ciento. Para Ciudad Juárez, una ciudad integrada a las cadenas de suministro globales, esto no solo significa una caída en la demanda de productos manufacturados, sino también una mayor incertidumbre cambiaria que podría encarecer insumos importados y desequilibrar el flujo comercial.
Por otro lado, Moody’s ha señalado que las políticas proteccionistas de Estados Unidos podrían generar episodios de volatilidad cambiaria que afectarían directamente a las exportaciones mexicanas. Para una ciudad como Juárez, donde el peso del comercio exterior es enorme, esto podría traducirse en menor inversión extranjera y recortes en la producción de las maquiladoras, lo que a su vez impactaría negativamente en el empleo y en la estabilidad social de la región.
El mismo informe del Banco Mundial destaca que, desde el año 2000, las economías en desarrollo enfrentan perspectivas de crecimiento a largo plazo más débiles. Con una inversión extranjera directa reducida a la mitad y un entorno comercial global más restrictivo, la capacidad de países como México para competir en un escenario proteccionista está severamente limitada. En Juárez, esto se traduce en una disminución de oportunidades para diversificar la economía y reducir la dependencia de un solo mercado: Estados Unidos.
Y es que las empresas maquiladoras, cuya competitividad radica en bajos costos de producción y acceso inmediato al mercado estadounidense, se encuentran entre las más vulnerables. Si los aranceles impuestos por Trump se materializan, podríamos ver una migración de inversiones hacia otras regiones con menores costos arancelarios, dejando a ciudades como Juárez con miles de desempleados y una economía local fracturada.
Resulta y resalta que ante este escenario, la pregunta no es si Juárez sufrirá las consecuencias de estas políticas arancelarias, sino cuán profundas serán. El modelo económico fronterizo, que durante años ha sido el motor de desarrollo de la ciudad, ahora enfrenta uno de sus mayores desafíos. La amenaza de los aranceles pone en evidencia la urgente necesidad de diversificar la economía local, fomentar la inversión en tecnología y educación, y reducir la dependencia de la industria maquiladora.
Sin embargo, la transición hacia un modelo económico más resiliente no será fácil ni rápida. Los gobiernos locales y federales deben trabajar en conjunto para mitigar los efectos de las políticas proteccionistas de Estados Unidos, ofreciendo incentivos fiscales y programas de capacitación para los trabajadores afectados, mientras buscan fortalecer los lazos comerciales con otros mercados internacionales.
