Con la campaña electoral en curso y el presidente Joe Biden buscando su relección, la mayor economía mundial tuvo un crecimiento en el último trimestre de 3.3 por ciento en proyección anual (la expansión del PIB a 12 meses si continuaran las condiciones al momento de la medición).
El último trimestre mostró una moderación de la actividad económica, con una expansión que cae del 4.9 por ciento en proyección anual en el tercer cuarto del año. Pero el dato supera de todas formas 2 por ciento que esperaba el mercado, según el consenso recabado por la consultora Market Watch.
Este desempeño del PIB se vio sostenido por un mercado laboral sólido y por los gastos de los consumidores.
Los salarios subieron y, desde mediados de 2023, los aumentos fueron mayores que los incrementos de precios.
Así, el consumo, principal motor del crecimiento estadunidense, se mantuvo sólido a pesar del impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo.
La expansión del cuarto trimestre «refleja incrementos en los gastos de los consumidores, las exportaciones, y el gasto de los gobiernos» estatales y locales, indicó el Departamento de Comercio.
De esta forma, Estados Unidos escapó de una recesión en 2023, un escenario frecuentemente esbozado como una posibilidad por economistas, en un contexto de altas tasas de interés para contener la inflación.
«El crecimiento económico ha sido más resiliente de lo que anticipamos en 2023», admitió la economista jefe de Nationwide, Kathy Bostjancic, en diálogo con la Afp.