Cuauhtémoc Estrada, el coordinador de los diputados estatales de Morena, anda con la cola entre las patas, por andarle haciendo al machote y atacando a la presidenta del Congreso, Adriana Terrazas, por cierto, también compañera del partido.
Y es que está a punto de quedar inscrito en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política de Género, aunque trae a más de cinco abogados, según nos han dicho, para defenderse patas para arriba, casi casi como cucaracha recién envenada, pues.
Resulta y resalta que Estrada anda hartamente preocupado, porque seguramente ya no será candidato a nada, y como es un clásico vividor del presupuesto, el golpe que vino de regreso de Adriana Terrazas, le dolió hasta el tuétano.
Pero aunque el asunto se irá seguramente hasta un tribunal de circuito fuera del estado, la lleva de perder, porque lo mesmo que sentenció el tribunal estatal, en el sentido de que se portó mal con Terrazas y que la anduvo haciendo de abusón, le sucederá lo mismo con otro magistrado.
Estrada pensó que nunca iba a haber respuesta y ahora que ya sintió el agua hasta el cuello, luego de haber sacado a sus compañeros a protestar a las calles, ya casi casi le quiere pedir perdón a Adriana.
Pos dicen que el asunto no se va a quedar ahí, ya que Adriana hará todo lo posible porque se les castigue a los otros legisladores que hasta coscorrones le andaban poniendo a la presidenta del Congreso. A ver si así aprenden que la violencia política no cabe en ningún lado.
Ansina que la denuncia de Terrazas revela una preocupante falta de respeto hacia las mujeres y una absoluta negligencia en el cumplimiento de sus responsabilidades como líder político. En un momento en el que la lucha contra la violencia de género se intensifica en todos los ámbitos de la sociedad, es inaceptable que un diputado estatal, especialmente uno con un rol tan destacado como el de coordinador de legisladores morenistas, esté involucrado en un acto tan penoso.
La violencia de género no puede, y no será, tolerada en ninguna circunstancia, es lo que ha dicho Terrazas, de ahí que quiera sentar un precedente para que no se vuelva a repetir.
Además de exigirse justicia para Adriana Terrazas, este lamentable incidente debería servir como un llamado de atención para todos los partidos políticos y sus líderes, no solo en Chihuahua, sino en el resto del país, pues. La igualdad de género y el respeto hacia las mujeres no pueden ser meras consignas retóricas, sino principios fundamentales que deben guiar la actuación de todos los funcionarios públicos.
