El arancelista del apocalipsis económico

spot_imgspot_img

Pos, ¿qué creen? Por más que Donald Trump se envuelva en la bandera del nacionalismo económico, su cruzada arancelaria no solo amenaza con desmantelar décadas de integración global, sino que ya está sembrando el terreno fértil para una recesión mundial. Las advertencias no vienen de sus críticos habituales ni de rivales políticos, sino de los propios economistas de élite que —en una encuesta de Reuters— coincidieron en algo inusual: el modelo económico de Trump ha fracasado y está arrastrando al mundo con él.

Hace apenas tres meses, el panorama era otro. Casi 300 economistas de 50 países preveían un crecimiento robusto, sostenido. Hoy, más del 60 por ciento cree que una recesión global es probable o inminente. La razón principal: los aranceles de Trump, que lejos de proteger la economía estadounidense, han derrumbado la confianza empresarial, disparado los temores inflacionarios y dejado temblando a los mercados financieros.

El dogma ultraderechista de “Estados Unidos primero” ha derivado en “Estados Unidos solo”. Trump ha transformado la política comercial en un campo de batalla, elevando aranceles al 10 por ciento de manera general y hasta 145 por ciento en el caso de China. El resultado: un terremoto financiero que ha evaporado billones de dólares en valor bursátil y minado la confianza en el dólar como activo de refugio. Los mercados, tan sensibles a los vientos de incertidumbre, ya no creen en el liderazgo estadounidense.

James Rossiter, estratega global de TD Securities, sintetiza el caos: las empresas no pueden ni planear el próximo trimestre, mucho menos el próximo lustro. La incertidumbre es letal para la inversión, y cuando las previsiones de ingreso se recortan, los efectos en cadena se sienten en el empleo, la innovación y el consumo. Las cifras lo confirman: tres de cada cuatro economistas han reducido sus proyecciones de crecimiento mundial para 2025. Lo que era un crecimiento esperado de 3 por ciento ha caído a 2.7 por ciento, y el FMI apenas pronostica un 2.8. El futuro inmediato pinta igual de gris.

Y es que ni siquiera al interior de Estados Unidos las cosas marchan bien. Aunque Trump ha postergado algunos aranceles, el daño ya está hecho. Timothy Graf, jefe de macroestrategia de State Street, señala que aun eliminando hoy todos los aranceles, el daño reputacional y estructural ya es profundo. Estados Unidos ha dejado de ser visto como un socio confiable en comercio, defensa y diplomacia.

Resulta y resalta que el impacto es global, pero hay países más vulnerables. México y Canadá, socios estratégicos en el T-MEC, han visto reducidas sus previsiones de crecimiento hasta cifras ínfimas: 0.2 por ciento y 1.2 por ciento, respectivamente. La economía mexicana, que ya navegaba en aguas turbulentas por factores internos, recibe así una estocada externa que podría traducirse en desempleo y pobreza.

Paradójicamente, las economías que menos dependen de Estados Unidos —como China y Rusia— mantienen estimaciones de crecimiento estables. El gigante asiático crecería 4.5 por ciento, más del doble que EE.UU. La era Trump, en lugar de debilitar a sus rivales geopolíticos, les ha dado margen para consolidar su liderazgo.

Peor aún, la política arancelaria está saboteando los avances que los bancos centrales lograron contra la inflación. Los aranceles no son una herramienta neutra. Son, en esencia, un impuesto. Suben los precios, reducen el poder adquisitivo y atentan contra la demanda interna. La posibilidad de una estanflación —ese escenario indeseable de inflación alta, crecimiento nulo y desempleo al alza—, antes marginal, ahora es real.

Más del 65 por ciento de los principales bancos centrales no cumplirán sus metas de inflación este año. La situación, lejos de mejorar en 2026, parece haberse estructurado ya como una tendencia. Trump no solo está jugando con la política exterior como si fuera un tablero de Monopoly: está hipotecando el crecimiento global para alimentar su narrativa de grandeza.

Trump prometió devolver la grandeza a Estados Unidos. Pero lo que ha traído es aislamiento, volatilidad y temor. Su experimento ultraderechista, basado en el proteccionismo, la improvisación y la confrontación, se está desmoronando. La economía mundial no está cayendo sola: la están empujando.

Por eso somos los rompenueces.

spot_imgspot_img
spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

Noticias Recientes

Se efectúa reunión ordinaria del Sistema Municipal para la Igualdad

Al celebrarse la primera reunión ordinaria del Sistema Municipal...

Se lleva a cabo simulacro de sismo en el Municipio

Con el objetivo de contar con la preparación para...

Impulsan mecanismos alternos de solución de conflictos en el sector educativo

Con el propósito de construir entornos más armónicos y...

Avanza la conformación de Comités Vecinales

Este fin de semana se conformaron 18 nuevos comités...

Revisan espacio para el Centro de Convenciones: alcalde

El Presidente Municipal, Cruz Pérez Cuéllar, señaló que el...
spot_imgspot_img
spot_img
spot_imgspot_img
spot_imgspot_img