¡Qué emocionante es sumergirse en las profundidades del vertedero político de Chihuahua! Marco Antonio Bonilla Mendoza, el mago de las decisiones contradictorias, nos sorprende nuevamente con su último truco: cancelar un relleno sanitario y, de paso, desaparecer 132 milloncitos de pesos. ¡Abracadabra!
En un acto de sabiduría sin igual, Bonilla Mendoza decidió que construir un nuevo relleno sanitario en Mápula era demasiado mainstream. Después de todo, ¿quién necesita la opinión de los dueños de los predios vecinos cuando puedes comprar un terreno por 32 millones de pesos sin despeinarte? Seguramente, para él, la democracia es solo un concepto sobrevalorado.
Pero, ¡oh sorpresa!, Morena no estaba de acuerdo. Porque claramente, pensar en el bienestar de la comunidad es un lujo que no todos se pueden permitir. El Cabildo de Chihuahua, con el voto en contra de Morena, decidió que Bonilla Mendoza podía hacer lo que quisiera con esos 132 millones de pesos, como si fueran caramelos en una tienda de golosinas.
Ahora, el alcalde nos presenta su obra maestra: la reorientación del destino del crédito. ¿Quién necesita un nuevo relleno sanitario cuando puedes simplemente «ampliar» el actual? Claro, porque las celdas de emergencia y las lagunas de lixiviados son solo decoración para el paisaje chihuahuense.
Pero eso no es todo, ¡amigos! Marco Antonio Bonilla Mendoza también nos regala una «planta procesadora de basura» por la módica suma de 60 millones de pesos. Porque, sinceramente, ¿quién no querría una planta procesadora de basura en su jardín trasero?
Y qué decir de los «gastos para remediación». Con 7 millones de pesos, podríamos resolver todos los problemas ambientales del mundo. O tal vez no, pero al menos haríamos un esfuerzo simbólico mientras nos llevamos el dinero a casa.
Pero, claro, todo esto es simplemente la ejecución de una brillante estrategia del alcalde Bonilla Mendoza. Incumplir su principal promesa de campaña es solo una táctica para mantenernos en vilo, ¡un truco maestro para mantener nuestras expectativas a raya!
Y hablemos de riesgos de corrupción, porque a quién no le gusta un poco de emoción en la política. Arrendar un terreno por un millón de pesos sin justificación aparente antes de comprarlo es solo una movida de ajedrez en el gran tablero de la corrupción. ¿Convocatoria pública para la compra del terreno? Eso es para principiantes.
Pero el toque de genialidad llega con la compra del terreno de Marco Antonio Cuesta Rodríguez. ¿Convocatoria pública? ¿Advertencias sobre fallas en las líneas de transmisión? ¡Qué aburrido! La política, al fin y al cabo, es como un juego de Monopoly donde las propiedades se compran sin discusión y sin pasar por la casilla de la democracia.
El maravilloso mundo de Bonilla Mendoza nos ofrece un espectáculo de ilusionismo político digno de ser recordado. Entre promesas incumplidas, terrenos comprados a dedo y riesgos de corrupción, Chihuahua capital se convierte en el escenario perfecto para un drama que combina lo cómico, lo absurdo y lo trágico.
¿Y qué más podríamos esperar de la política, ese espectáculo en el que todos somos actores involuntarios? ¡Bravo, Bonilla Mendoza, bravo!
