Entre el lodo, la pérdida y el dolor que dejaron las intensas lluvias de los últimos días, también hay historias de amor, fidelidad y esperanza. Una de ellas es la de Javier Valle Ahumada, vecino de la colonia Fronteriza Baja, quien relata que a pesar de los daños materiales que sufrió su vivienda, lo más importante para él fue salvar a su perrita Puppy, una mestiza de gran corazón que se ha convertido en su única compañía.
“Ella me tocó la puerta, me despertó en la madrugada, me avisó que el agua ya se estaba metiendo a la casa”, cuenta Javier, conmovido.
Mientras dormía, fue Puppy quien lo alertó del peligro. Sin pensarlo, la metió a casa y la resguardó en un lugar seguro.
“Vivimos ella y yo nada más en esta casa, lo primero fue protegerla a ella”, dice mientras señala el costal de croquetas que también protegió para asegurarle alimento durante los días difíciles que vendrían.
Aunque parte de su hogar quedó bajo el agua y el lodo, Javier no se rinde. “Animándonos con lo que nos queda de casa. Limpiamos lo poquito que se pudo sacar y pues ya ve, volvió a entrar el agua y nos llena de lodo otra vez”, mencionó.
La tragedia no ha terminado, pero Javier agradece el apoyo del Gobierno Municipal de quien comenta que ha tenido presencia en la zona del desastre ayudando de diferentes maneras a los vecinos del sector.
“Yo sé que traen mucho trabajo, pero no se crea… se siente uno triste al perderlo todo”, confiesa.
En medio de la adversidad, su testimonio recuerda que hay pérdidas materiales que duelen, pero también vínculos que salvan. Una perrita fiel, una vida resguardada y la esperanza de empezar de nuevo, poco a poco.
“Ella me salvó”: La historia de Javier y su perrita Puppy, tras las lluvias en la Fronteriza Baja
