Acompañan la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes y el delegado federal al pueblo de Cerocahui para despedir a los sacerdotes jesuitas asesinados la semana pasada.
No hay ninguna descripción de la foto disponible.Cerocahui, Urique, Chih. (ADN / Martín Orquiz) – Para despedir, junto con el pueblo Rarámuri, a los sacerdotes jesuitas Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, asesinados en el templo de Cerocahui la semana pasada, acudieron a esa localidad la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes y el delegado de lo Programas para el Desarrollo, Juan Carlos Loera de la Rosa.
Montiel Reyes mencionó que acudieron a acompañar a la comunidad de Cerocahui, a la compañía de Jesús y, en general, a sus hermanos rarámuri.
Los sacerdotes, añadió, participaban en forma activa en el programa Sembrando Vida.
“Son momentos muy dolorosos, pero se siembra la esperanza de un camino de reconciliación, un camino de justicia, pero también de paz y hacemos acto de presencia no sólo por esta vez, sino desde que inició el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador”, dijo Loera de la Rosa.
El padre Javier Campos, continuó, fue un ancla tanto en la vertiente social como en la productiva del Programa Sembrando Vida.
Mencionó que su presencia fue fundamental como parte de los beneficiarios, por eso se retomarán las peticiones de los sacerdotes para que la vigilancia de los tres órdenes de gobierno sea constante hasta lograr la paz de la Tarahumara.
Hizo un llamado a tener una comunidad cada vez más solidaria en Cerocahui y en toda la Sierra de Chihuahua en memoria de los sacerdotes Joaquín y Javier.
“Vamos a redoblar esfuerzos para que haya una presencia permanente de todos los órganos del Gobierno Federal, pero también llevaré el llamado a la Mesa Estatal para la Construcción de la Paz, para que esa presencia permanente sea una realidad, en esta parte de nuestro estado de Chihuahua”, afirmó.