Son la discriminación y la necesidad de adaptación de las nuevas generaciones, principales motivos de que el idioma étnico se pierda.
Ciudad Juárez. – Las lenguas maternas en nuestro país están en vías de extensión, y uno de los motivos es el traslado a las ciudades, en donde las nuevas generaciones de representantes étnicos aprenden el castellano por encima de su dialecto, obligados por las circunstancias de su entorno.
Rosalinda Guadalajara, de origen tarahumara, y actualmente funcionaria del Instituto Municipal de la Mujer, mencionó que en esta frontera son alrededor de 35 mil miembros de 13 etnias procedentes de diversos lugares de la república mexicana, y entre las cuales las lenguas maternas se han ido perdiendo, sobre todo, porque las nuevas generaciones dejan de lado su dialecto por dos razones, una para evitar la discriminación, y dos obligados por la necesidad de adaptación a su la nueva manera de vivir entre los mestizos.
Agregó que otro de los factores que influyen en la perdida de las lenguas maternas, es la falta de material pedagógico que permita enseñarles a los menores y a los jóvenes lo importante de la preservación, no solo de sus lenguas nativas, sino también sus costumbres como parte importante del acervo cultural de nuestra región y del país.
“Lamentablemente aún hay mucha discriminación en contra de los miembros de los grupos étnicos, y para evitarlo, muchos prefieren dejar de lado su idioma original, además que al recibir la educación pública se ven obligados a aprender el castellano, y es así, como de manera gradual se van perdiendo las costumbres nativas”, indicó.
Dijo que en la actualidad la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, lleva a efecto un programa para tratar de conservar el rarámuri, y que incluso, se llevan a efecto algunos cursos sobre el idioma con el tratamiento similar a la enseñanza de cualquier otra lengua, pero también reconoció, que es poco el interés que ha levantado durante estos años que se ha impartido.
Hizo un llamado a la comunidad juarense para que deje de lado los prejuicios en contra de los miembros de los grupos étnicos, y que lejos de verlos con curiosidad, los aceptemos como lo que son, ciudadanos mexicanos, como cualquier otro, con los mismos derechos y con las mismas obligaciones.
