Redacción
Jesús Reynaldo Zambada García “El Rey”, hermano menor de Ismael “El Mayo” Zambada, jefe del cártel de Sinaloa, será uno de los testigos en el caso que se sigue en Estados Unidos contra el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, publicó Proceso.
“Los fiscales encabezados por Brean Peace acusan a García Luna de cuatro delitos de conspiración internacional para traficar cocaína a Estados Unidos en colusión con el Cártel de Sinaloa y uno más, por haberle mentido a un agente migratorio”, agregó la revista en su sitio digital.
De acuerdo con la información, “El Rey” Zambada fue testigo en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, en 2018, y desde entonces aseguró que entre los años 2005 y 2007 Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, recibió alrededor de 56 millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa y de los hermanos Beltrán Leyva.
En la quinta audiencia del juicio que se celebró en noviembre de 2018 en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, donde también se lleva el juicio contra García Luna, “El Rey” hizo las escandalosas revelaciones durante el interrogatorio al que fue sometido por William Purpura, uno de los abogados del equipo de la defensa de “El Chapo”.
“Vamos a hablar de corrupción”, le dijo el abogado a Zambada, antes de hacerle las preguntas con la venia del juez federal Brian Cogan.
- ¿Su hermano Mayo Zambada tenía un interés particular en García Luna? –preguntó Purpura.
- Correcto –respondió quien fuera uno de los principales lugartenientes del Cártel de Sinaloa hasta octubre de 2008, cuando fue arrestado en la Ciudad de México.
- ¿Entre los años 2005 y 2006, ¿usted y su hermano Mayo se reunieron con García Luna en un restaurante?
- No recuerdo ahora –reviró El Rey.
Según Proceso, para “refrescarle la memoria”, el abogado presentó al hermano de El Mayo Zambada la transcripción de las declaraciones que hizo en 2012 (semanas después de haber sido extraditado a Estados Unidos) ante fiscales del Departamento de Justicia y agentes de la DEA (Administración para el Control de Drogas) como parte de su compromiso de cooperación para incriminar a los líderes del Cártel de Sinaloa y con ello evitar que, cuando se le sentenciara por narcotráfico, le dieran cadena perpetua.