Pos en el Estuche de Maru Campos, ya sabemos, están especializados en la bronca y en el Arguende político. Después del veneno soltado por la gobernadora contra el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar solo por señalar el descaro del secretario de Obras Públicas para promocionarse en panorámicos con miras a ser senador, fue el propio Mario Vázquez que siguió el juego perverso de su jefa.
“Obviamente, tiene un alto cariz político, hemos tenido experiencias no muy amorosas él y yo, yo personalmente no tengo nada en contra de él; son heridas abiertas, le he ganado algunas partidas políticas”, dijo Vázquez para sumarle más distancia al Estado del Municipio, y como ya sabe usted lectora, lector, los más perjudicados seremos todos juarenses.
A Vázquez le salió lo bocón, pero pos no dijo ni pio de los panorámicos, que siguen en la ciudad, mientras tiene paradas las obras del BRT en la zona Centro. Con ese ánimo de boxeador amateur, el panista famoso por sus transas en el Congreso del Estado mientras era el coordinador de la bancada del partido del bolillo azul, dijo que Juárez sufría por los baches enorme “que parecen socavones”, un problema que también ya sabemos, es el mal de amores de esta ciudad, desde hace hartos años.
Para rematar, repitió casi como perico lo que argumentó su jefa: “Si quieres que le señalemos que le falta al señor, podemos hacer una lista muy grande de ellos, pero no se trata de eso, se trata de que cada quien haga su tarea, así como lo dijo la gobernadora Maru Campos”.
El Estuche de Maru Campos, se ha caracterizado, pues, por ese estilo de confrontración que funciona bien una o dos veces como cortina de humo, pero que a la tercera vez, es patético, como ha venido sucediendo desde que la mandataria llegó a Palacio de Gobierno. Nomás hay que recordar la criminalización contra las investigaciones contra la corrupción que armó y coordinó el exfiscal anticorrupción de Chihuahua, Francisco González Arredondo, detenido por la Fiscalía estatal bajo acusaciones de tortura.
Ansina es de requetesuma importancia tener presentes que la gobernadora ha llegado a tanto para proteger los intereses duartistas, que se reunió con los testigos de identidad reservada que revelaron casos de corrupción por un monto superior a los 6 mil millones de pesos en el tristemente célebre sexenio del exgobernador César Duarte. Los ha persuadido para convencerlos de que se retracten de sus declaraciones y así allanar el camino de la impunidad del político priista.
Este tipo de manejo del poder es peligroso porque al menos es sospechoso que ella misma fue imputada por recibir más de 8 millones para apoyar como diputada local las iniciativas del exgobernador César Duarte. Pos la pura verdad es que Campos tuvo de su lado la suerte y algo más cuando un magistrado revocó la vinculación a proceso en su contra, extrañamente, un día antes de que gobernadora tomara posesión de su cargo, y pos así cerró el expediente.
Pero pos la gobernadora no es una perita en dulce, dicen sus rivales políticos y quienes la conocen de cerca, todo este show que andan montando para subirse al ring con la Federación por el agua y con el Municipio por varios temas, tienes varios fines, pero pos es mas importante es la intención de desviar todo lo que se está haciendo para que el exgobernador César Duarte obtenga la prisión domiciliaria.
Pos casualmente hace unas cuantas horas, el Tribunal Electoral perdonó al PRI por el desvío de 250 millones de pesos de la Operación Safiro, ahora resulta y resalta que aunque está documentado el desvío millonario durante el Gobierno de Duarte, pos fíjese usted, no hay elementos contundentes para confirmar que el dinero benefició al partido.
La sentencia del TEPJF dejó sin sanción uno de los mayores casos de corrupción política en Chihuahua: la Operación Safiro, ese malandro mecanismo de desvío de recursos que involucró al Gobierno de Duarte, a líderes de la plana mayor del PRI —que entonces dirigía Manlio Fabio Beltrones— y a funcionarios de primer nivel de la Secretaría de Hacienda de Enrique Peña Nieto.
Las salidas al hospital de Duarte y todo el show montado de su estado de salud, pues, son parte de un plan, para que el gobernador como ya lo dijimos, obtenga la prisión domiciliaria, cuando llegue ese día, Maru estará contenta.
Por eso somos los rompenueces.
