Si en los próximos días tocan a su puerta y le consultan si desea responder algunas preguntas de manera anónima, seguramente su domicilio fue elegido al azar para aplicar una de las 12 mil 500 entrevistas que el próximo 6 de septiembre definirán al coordinador nacional de defensa de la cuarta transformación.
No se extrañe que al encuestador que toque a su puerta lo acompañen hasta seis observadores, uno por cada corcholata, simplemente haga como que no están ahí.
En México no hay secreto que dure veinticuatro horas. Mario Delgado hizo pública la boleta circular, la pizza de seis rebanadas, que aplicarán. Sin embargo, a un diario español le filtraron el cuestionario de la encuesta de Morena. Son cinco preguntas, pero en realidad sólo una es la importante, porque vale 75% del resultado.
Para llegar a este momento, tuvieron que pasar más de 70 días de recorridos a lo largo y ancho del país. ¿Qué podemos decir de este periplo? ¿Qué fue lo bueno, lo malo y lo feo de cada una de las corcholatas presidenciales?
Claudia Sheinbaum
Lo bueno. La ex jefa de gobierno inició y terminó en primer lugar de las preferencias electorales. Acreditó con trabajo ser la puntera. Lo cual no fue poca cosa, teniendo en frente a viejos lobos de mar como Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal.
Claudia Sheinbaum fue la mujer más atacada en los medios de comunicación y las redes sociales y aguantó vara. Trataron, sin éxito, de anular sus méritos. Intentaron reducirla a una creación de AMLO. Fracasaron. Claudia se fortaleció en estos dos meses y medio de “no campañas”.
Lo malo. No era necesario poner tantos espectaculares, pintar tantas bardas o hacer asambleas tan costosas. El propio AMLO tuvo que recordar a sus corcholatas que esas prácticas no sirven y los conminó a regresar a los orígenes de su movimiento.
Lo feo. Los muchos personajes de la nueva y la vieja política que se pegaron como lapas al barco de la aspirante puntera, con la esperanza de obtener poder, puesto y dinero. Ven a la política como un botín que se repartirán sólo entre ellos.
Marcelo Ebrard
Lo bueno. El excanciller demostró que Morena no es un bloque monolítico de pensamiento único. Que la propuesta de la 4T no se reduce únicamente a los sectores más pobres del país, sino que incluye a las clases medias. Presentó propuestas interesantes en materia de seguridad, salud y combate a la violencia hacia las mujeres. Marcelo Ebrard se consolidó como un activo importante de la 4T y del movimiento de regeneración nacional.
Lo malo. Los primeros dos meses, Marcelo Ebrard los dedicó a realizar recorridos sin sentido estratégico. Sin propuesta política, dando palos de ciego. Consolidó su éxito en TikTok, pero sólo en los últimos veinte días de “no campaña” puso sobre la mesa propuestas interesantes. ¿Por qué tardó tanto en presentar propuestas? ¿Realmente hizo algo diferente para alcanzar y rebasar a Sheinbaum? No.
Lo feo. Esperó cincuenta días para quejarse de los espectaculares y criticar el proceso interno. Algunos de los integrantes del equipo de Marcelo se aceleran y confunden quiénes son los adversarios de Morena.
A Marcelo le ganó la soberbia. Pensó que el reconocimiento a su nombre y trayectoria serían suficientes para la ganar la encuesta. Se aisló y lo aislaron.
Adán Augusto López Hernández
Lo bueno. Fue el personaje que más creció en este proceso. Desde menos del 5% en las intenciones de voto cuando AMLO lo destapó, hasta disputarle el segundo lugar a Marcelo Ebrard e incluso superarlo, en algunos estados como Tabasco, Puebla y Edomex.
A Adán Augusto López Hernández se la da bien la política, como secretario de Gobernación y como aspirante, tejió una amplia red de relaciones políticas con gobernadores, legisladores y empresarios. Se consolidó como uno de los liderazgos de la 4T en la era posterior a AMLO.
Lo malo. A Adán Augusto López Hernández se le da mal la comunicación. Es un político, no un influencer. No es un hombre de redes sociales, si de asambleas y de acuerdos. Nunca se vio totalmente a gusto en su campaña. No conocimos al verdadero Adán Augusto López Hernández, sino a una copia forzada de López Obrador.
Lo feo. Era innecesario colocar tantos espectaculares y bardas promocionando su imagen y nombre. No necesitaba tal derroche de gastos en sus asambleas y reuniones. En la política nada es gratis, nada se da de manera desinteresada, por lo cual Adán Augusto López Hernández generó una larga lista de compromisos que tarde o temprano se los cobrarán.
Ricardo Monreal
Lo bueno. Demostró que puede criticar algunos aspectos de la 4T y al mismo tiempo, tener un comportamiento institucional. Honró el acuerdo que firmaron los aspirantes. No puso espectaculares, no promocionó libros, ni realizó derroche en sus eventos. Desplegó estrategias de comunicación diferentes. Consolidó su papel de factor de estabilidad en Morena.
Lo malo. Su campaña no prendió. El frio proveniente de Palacio Nacional surtió efecto.
Lo feo. Que descendió en las preferencias electorales.
Gerardo Fernández Noroña
Lo bueno. Gerardo Fernández Noroña se consolidó como una figura nacional de la Cuarta Transformación. Cumplió el acuerdo firmado por los aspirantes, de plaza en plaza, con la militancia y simpatizantes de Morena, rebasó a Monreal en las preferencias electorales.
Lo malo. No logró un acercamiento con otros sectores sociales.
Lo feo. El “Noroñabus” no funcionó.
Manuel Velasco
Lo bueno. El PVEM tuvo participación en el proceso interno de Morena y seguramente, llevará mano en la designación de candidato a gobernador en Chiapas.
Lo malo. La campaña de Manuel Velasco no prendió. Está muy lejos de la militancia morenistas.
Lo feo. Que muchos militantes del PVEM están con Claudia Sheinbaum o con Marcelo Ebrard.
Aunque en política, del plato a la boca se cae la sopa, hasta el momento el proceso interno de Morena es un éxito. Le falta sortear el resultado de las encuestas y acallar las posibles voces inconformes. El objetivo principal se cumplió, movilizar a las bases morenistas y el que las corcholatas ganaran en plaza pública y liderazgo político. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.