Pos tremendo chisme salieron de bocas naranjas ayer, en esta vorágine política que cada día toma más fuerza. Y es que ahora saltó una nueva polémica en el caso de la diputada América García que renunció a MC.
Ayer casi se infarta presidente estatal de Movimiento Ciudadano, Francisco Sánchez, al asegurar que el Instituto Estatal Electoral, según sus palabras, no verificó adecuadamente el requisito de elegibilidad en el caso de García debido a que no renunció al partido oportunamente y que la carga de la prueba recaen ahora sobre la candidata, quien debe demostrar su desvinculación del partido anterior.
El trasfondo de este embrollo político se entrelaza con la intrincada red de lealtades y alianzas, que siempre hay en tiempos electorales. El recorrido de García, desde sus raíces en un grupo político de Movimiento Ciudadano hasta su salto a Morena, pone de relieve la complejidad del panorama político regional. Y conste que no andamos con el asunto del lloriqueo de las lealtades partidistas, sino que la prioridad debe ser el apego irrestricto a la legalidad y la transparencia.
Las acusaciones de alineación partidista son el eco habitual en el tumulto político, pero en este caso, la urgencia radica en despejar las dudas y asegurar que cada candidato compita en igualdad de condiciones. Movimiento Ciudadano sostiene su posición en defensa de la Constitución y la ley, una postura que, más allá de los tintes partidistas, busca preservar la integridad del proceso electoral. Eso es lo que asegura MC.
Los de MC, dicen que es esencial, pues, que los entes electorales actúen con diligencia y transparencia, aseguran también, que el caso de América García es una llamada de atención, un recordatorio de que la pulcritud del proceso electoral es la piedra angular de una democracia robusta y genuina.
Y pos cambiando de tema, pero no de tono, el candidato al Senado por Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa, la anda haciendo de tos después de la la presentación de los camiones del Juárez Bus.
El morenista dice que la gobernadora Maru Campos violó la ley electoral y la veda electoral, al repartir tarjetas del transporte masivo y pidió, por lo menos, que el Instituto Estatal Electoral sea parejo con todos los candidatos, porque según Loera, lo traen cortito.
Por lo pronto el partido guinda va a presentar una denuncia con lo que se daría por inaugurada la verdadera guerra política que terminará el 2 de junio.
Y pos ya para finalizar con los rompenueces, la Conferencia del Episcopado Mexicano sigue metiéndose donde no debe, nadando de muertito para llamar al voto a favor de la candidata prianista que nomás no se ve cómo pueda sumar más puntos.
Aquí en Chihuahua los obispos andan medio movidos y ya nomás les hace falta andar volanteando en las calles. Una tacha para el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann y los obispos Guadalupe Torres Campos, Juan Manuel González Sandoval, Mauricio Urrea Carrillo y Jesús Omar Alemán Chávez, de las diócesis de Juárez, Tarahumara, Parral y Cuauhtémoc-Madera así como el administrador diocesano de Nuevo Casas Grandes, Antonio Quezada Valdez.
Por eso somos los rompenueces.