Pos ahora es cuando chile verde, pues, le ha de dar sabor al caldo y para que no digan que la información que maneja este rompenueces está sacada de contexto, pos le vamos a recordar, antes de empezar con el tema que hoy tan alegremente nos ocupa, lo que se escribió ayer en este su espacio favorito de Redes Ciudadanas.
“Ahora salió a la luz la mentirota de la Consejería Jurídica del estado de Chihuahua, y es que ésta juró por el Sagrado Corazón de Jesús que recibió por primera vez para su distribución los libros de texto gratuitos el 20 de julio de 2023, peeeero la puritita y soberana verdad, es que los recibió el 21 de mayo, lo que convierte en automáticamente extemporánea su demanda”.
Resuta y resalta que horas después, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia le dio piso a la controversia constitucional promovida por el Gobierno de Chihuahua, en contra del secuestro que mantuvo la administración de Maru Campos, conocida en las redes sociales como Maru Moches, de los libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública.
No quiere esto decir que Redes Ciudadanas sea una adivina política o que haya sido una mera coincidencia, lo que pasa en realidad, es que era requete obvio que en las próximas horas la Corte daría marcha atrás a una decisión, o más bien, digámoslo así, un terrible berrinche político que dejará marcada a Campos como la gobernadora que le quitó los libros a las y los estudiantes chihuahuenses, que ni vela, como dice el abuelo del pueblo, tenían en el entierro.
Se trató, decían ayer los morenistas requete emocionados por la sabia decisión de la SCJN, que era un coscorrón político a las acciones aberrantes que suele emprender la gobernadora, oseáse que a muchos les recordó a quien es uno de sus padrinos políticos, pero pos que ahora está en el botellón, el exgobernador don César Duarte, con quien hasta tiene un pequeño parentesco físico, solamente que con cabello.
Y es que el proyecto aprobado ayer en la primera sala fue elaborado, pues, por el ministro casi influencer, Arturo Zaldívar, un juez aliado del presidente Andrés Manuel López Obrador. Tuvo razón Zaldívar cuando en su proyecto razonó que la producción y distribución de los libros de texto es una competencia exclusiva del Gobierno federal, en la que ningún Estado tiene por sí solo alguna atribución que reclamar.
En la columna de ayer, pues, tratamos a fondo la reclamación promovida por la Consejería Jurídica de la Presidencia en contra de la suspensión otorgada por el ministro Luis María Aguilar, un personaje que parece estar del lado de la oligarquía que todavía gobierna unos estados, pero que solo es cuestión de tiempo para que se vayan al banquillo de los olvidados por algunos años.
Este ministro ha actuado como una víbora de cascabel contra el movimiento social de la Cuarta Transformación, ya que el mes pasado el conservador don Luisito propuso separar del cargo al presidente López Obrador en caso de que este se negará cumplir una sentencia de amparo otorgada a una magistrada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) para extender su mandato por 10 años, oséase un proyecto hecho con las neuronas ya quemadas por el ardor de las exhibidas que le han hecho en las mañaneras sobre su relación con empresarios y la derecha mexicana.
Nos gustaría pensar que la decisión de la Corte será una enseñanza para la gobernadora, para que deje atrás las payasadas y las poltiquerías y se de cuenta que tiene al estado hundido y abandonado que hace falta atender, pero pues eso no va a pasar, ahora junto con su Liga de la Injusticia, seguramente golpeará a la Federación con el tema de los migrantes, oséase una canallada más en contra de los vulnerables.
Pos por eso el pueblo está encabritado con los prianistas amontonados en el Frente, pos eso es la harta diferencia por 30 puntos que le saca Claudia Sheinbaum a Gálvez, a 10 meses de las elecciones presidenciales, si le siguen como van, en una de esas y quedan en el tercer lugar, por debajo de Movimiento Ciudadano.
Los grandes triunfadores fueron las y los niños chihuahuenses, ahora sí, pues, a ponerle a la estudiada como debe ser.
Por eso somos los rompenueces.
