Pos una vez más se cumplió el adagio de Andrés Manuel López Obrador en tiempos en que era el líder del PRD, cuando ese partido era de izquierda y no un palero, nos referimos a lo repetía y repetía en sus discursos: El PAN y el PRI son los mismo y van a terminar aliándose en las boletas electorales.
Ahora tocó que se cumpliera en Chihuahua y lo hicieron en sábado para que pasara desapercibido, pues, y como dicen en el pueblo del tata, el que en pan piensa, oséase el PRI, hambre tiene, por eso el tricolor estatal se arrodilló ante Maru Campos y su Liga de la Injusticia.
Pos ya sabemos que esa alianza la anduvieron planchando los exgobernadores José Reyes Baeza y Patricio Martínez, conocidos por sus jefes policiacos que eran aliados del Cártel de Juárez. Esos dos personajes sombríos del priismo anduvieron hace unos días, pues, paséandose por Palacio de Gobierno, recordando esos tiempos que tenían el poder en sus manos.
El sábado 28 de octubre, el Consejo Estatal del PAN, aprobó que el presidente del Comité Directivo Estatal, don Gabriel Díaz Negrete, firmara los convenios de asociación electoral con el PRI y otros partidos políticos para la cena de negros de 2024.
Maru Campos quiere frenar el avance de Morena en Chihuahua que viene por varios frentes como la chica superpoderosa Andrea Chávez, el alcalde de Juárez Cruz Pérez Cuéllar y Juan Carlos Loera, y es que entre los tres le han abollado el carro que empezó a conducir cuando ganó la gubernadura de Chihuahua.
Tooooodo mundo sabe en el medio político que la mandataria cogobierna con el duartimo, cuyo líder estatal se la pasa entre la cárcel y supuestas operaciones, que más bien suenan a que forman parte del un show para abrirle paso a su liberación, cuando las supuestas enfermedades lo obliguen a pasar al cómodo arresto domiciliario.
Hay muchos panistas ortodoxos que ven esa alianza con un paso más de su partido, para convertirse en una especia de PVEM, que ya solo tiene fuerza en algunos municipios y dos o tres entidades, pero la verdad, que todos los errores de la actual administración estatal, obligan a que Campos en su ajedrez político mueva sus piezas para tratar, aunque sea, de conservar la capital de la entidad, esa joya nacional que aún tienen los blanquiazules.
La guerra política en Chihuahua no es solo por la presidencia de la república, pues ésa el prianismo ya la da por perdida, lo que se disputa en realidad en Chihuahua es quién dará el primer paso en la carrera por la gubernatura, por eso ahorita estamos en tiempos de zancadillas, pellizcos, cachetadas, jaladas de pelo y todo lo que se le ocurra a nuestras estimadas lectoras y queridos lectores.
Lo que viene para la entidad tarahumara, es más guerra sucia, inventos, calumnias y ataques de la derecha contra la libertad de expresión, que ya se están viendo desde el Congreso, pero la verdad y la razón siempre salen a flote.
Por eso somos los rompenueces.