Pos esto que le vamos a contar no se lo contará nadie más, pues, porque es un caso hartamente escandaloso que involucra a un magistrado estatal, a un conocido cantante de música regional, en el que se asoman varias violaciones a las leyes y normas estatales y municipales.
Resulta y resalta que se trata del magistrado estatal Eduardo Filiberto Terrazas, quien el año pasado fue nombrado nada más y nada menos que Consejero de la Judicatura, puesto que se la acabará hasta el 13 de junio de 2027, y el cantante famoso es Carín León, autorazo de “El Tóxico”, “Que vuelvas”, “Primera cita” y otras canciones que suenan a todo volumen en las fiestas chacalosas.
El sábado 22 de julio el cantante se presentó en el Estadio Carta Blanca y pos como era de esperarse, el lugar se llenó hasta el tope. Se vendieron los boletos de 4 mil pesotes en la zona Diamante, los de 3 mil 300 del VIP, los de 2 mil 800 de la zona Oro, los de 2 mil 400 de la Plata, los de mil 800 en Bronce y pos así hasta llegar a los de las zonas de quienes no tuvieron más de 500 pesos para la zona General.
Había gente de a montón, pues, que soportó los 35 grados centígrados y que se enfiestaron como se merecía el conciertazo. El evento, pues, fue abierto por los Cadetes de Linares y el tremendo Carín León salió a las meritas 12 de la noche y cantó tres horas, y como en todas sus presentaciones, el artista se tomó él solito una botella y media de alcohol en ese lapso.
Todos disfrutaron del show de lo lindo y hasta cantaron en inglés Tennessee Whiskey, pero cuando de plano se alborotaron, fue cuando Carín cantó La boda del Huitlacoche porque ahí soltaron un montón de fuegos pirotécnicos que hasta parecía Año Nuevo. Mientras el tremendo Carín León entonaba a todo pulmón sus clásicos junto con los juarenses que fueron a verlo, del otro lado de la ciudad, allá por los rumbos de San Lorenzo, en una fiesta privada se encontraba gente pesada, como los de la zona Diamante.
Pos entre los pesados que había ahí estaba el magistrado Filiberto Terrazas, sobrino de Adriana Terrazas, la coordinadora de los diputados morenistas en el Congreso de Chihuahua, aliada política de Maru Moches o Maru Campos, como también se le conoce a la gobernadora. En la clase política se le conoce al magistrado por lo alegre de sus fiestas, el tequila y que siempre abunda el whisky del bueno, no de los adulterados que se venden en algunos tugurios de Juárez.
En el salón terraza, enclavado entre predios y fraccionamientos de San Lencho, se encontraban varios de sus amigos y algunos no tanto, que fueron acompañados de bellas mujeres, amigas, porque ni esposas ni novias eran.
Cuando terminó el concierto, a las 3 de la madrugada, Carín León se despidió de sus seguidores en el concierto, salió por una de las puertas del escenario y pos luego subió a una camioneta blindada, en ésa y en otros vehículos iba personal de seguridad que los siguieron por la calle Reforma, y después se perdieron en la oscuridad de otras calles, vaya pues, ese desfile de autos de lujo debió haber parecido un convoy, no militar, sino de los otros que los juarenses se topan a diario circulando impunemente de día y de noche.
Pos se supone que Gobernación estatal debe clausurar cualquier lugar donde la gente se enfieste después de las 2 de la madrugada, pero pos casualmente Alejandro Jiménez Vargas, el mero mero titular de Gobernación estatal ni cuenta se dio. Nuestra fuente, una de las personas más allegadas al famoso cantante, dijo, pues, que ni siquiera la Policía Municipal se fue a dar un rondín por ese lugar.
Hubo hartas botellas de cervezas bien frías, tequila de Whisky. Carín León fumó de la hierba verde y otros de los invitados también, otros prefierieron cocaína. La fiesta, pues, se prolongó hasta las 7:00 de la mañana, cuando ya había salido el sol. Todos disfrutaron de la música sin preocupación de que fuera a caerles la ley. El allegado de Carín, dijo, pero no lo pudimos comprobar, que uno de los amigos del magistrado, es el dueño del centro recreativo. Pos resulta más que obvio que las autoridades se hicieron de la vista gordota.
El magistrado ha estado en el ojo del huracán por asuntos personales, que no nos importan, pero sí los públicos, ya luego le contaremos con lujo de detalle, pues.
Por eso somos los rompenueces.