Pos apenas escribíamos en los últimos días sobre los distintos tipos violencia que aquejan a Ciudad Juárez, y que parecen que no tienen fin, y ayer se reunieron autoridades estatales en Palacio de Gobierno, en la llamada Mesa de Seguridad para medir cómo van los operativos contra el crimen y el huachicoleo.
Pero no fue solo para eso, hay harta preocupación entre los cuerpos policíacos por la proliferación de drogas sintéticas que están destruyendo lo mismo a adolescentes que a adultos en esta frontera, y es que al principio de esta pesadilla llamada fentanilo y cristal, se quiso manejar entre los gobernantes que la droga no se quedaba aquí, sino era para “exportarse”.
Hace poco más de tres años, en diciembre de 2020, la Policía Municipal decomisó un tráiler con de 8,810 libras de fentanilo, 2,893 libras de cannabis, 144 libras de cristal y 13,216 libras de heroína blanca, escondida en sacos de yeso que estaban en un tractocamión. El reporte final del Ejército Mexicano fue que el fentanilo costaba en las calles 1,200 millones de pesos, con lo que se hubiera producido más de 4 millones de pastillas, cada una con un precio de 300 pesos.
El decomiso era un llamado de alerta para el Gobierno y los representantes de las organizaciones civiles enfocadas en la salud, específicamente en la bronca de las adicciones, ya que a partir de esa fecha los decomisos que fueron desde pequeños envoltorios para el consumo personal, hasta cargamentos con miles de pastillas de fentanilo, no se han detenido.
Pos esto quiere decir que la ciudad está inundada de drogas sintéticas y eso es muy peligroso para el desarrollo de Juárez, porque son drogas que atrapan al consumidor desde un principio hasta convertirlo en su esclavo, con los resultados sabidos ya por las autoridades.
Muchos de los adictos, en su delirio han asesinados a familiares, robado negocios, han hecho carjackings o se han alquilado para uno u otro bando del narcotráfico para convertirse en asesinos por una dosis. Muchos de esos drogadictos pueden ser vistos caminando sin control de un lado a otro y a tanto ha llegado este problema de salud pública, que los policías ya ni siquiera los detienen, porque los ven como casos perdidos.
El impacto de estas sustancias en Ciudad Juárez, pues, es evidente en el aumento de incidentes relacionados con su consumo, desde problemas de salud mental hasta casos de violencia y delitos asociados, como los que hemos venido abordando en este su espacio favorito de Redes Ciudadanas.
Es urgente que las autoridades y la sociedad en su conjunto reconozcan la gravedad de esta situación y trabajen juntas para desarrollar estrategias integrales. La primera medida urgente es mejorar los sistemas de detección y monitoreo de drogas sintéticas en las secundarias y preparatorias, donde han sido encontradas estas drogas, particularmente las ya famosas pastillas con fentanilo.
Si Juárez se tarda más en dar una respuesta contundente, podemos alcanzar el punto de no retorno, donde ya no se podrá hacer nada.
Por eso somos los rompenueces.