Pos ayer la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, dejó claro su compromiso con el diálogo y la cooperación. En el marco de su cierre de campaña en la Plaza del Ángel en la ciudad de Chihuahua, la Jefe de gobierno con licencia de la Ciudad de México, manifestó su disposición a trabajar con todos los gobernadores, independientemente de su afiliación partidista, subrayando la importancia de una actitud recíproca de diálogo.
Pero esa postura contrasta notablemente con la de la actual gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, quien ha optado por una estrategia de ataque continuo contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum, consciente de la necesidad de un enfoque colaborativo para el progreso del estado, destacó varios proyectos de infraestructura, incluyendo una carretera que conecte con Sonora y un tren de pasajeros de Aguascalientes a Chihuahua. Además, enfatizó la importancia de mejorar la seguridad y reforzar la coordinación con las autoridades federales, así como el fortalecimiento del IMSS en Chihuahua a través del programa IMSS Bienestar.
Sin embargo, Sheinbaum también fue clara en su mensaje: para que el diálogo prospere, debe existir una voluntad común y alejamiento de la politiquería partidista. Citó como ejemplos positivos la relación actual de AMLO con los gobernadores de Yucatán y Querétaro, quienes, a pesar de no ser de Morena, han mantenido una buena relación con el gobierno federal.
La gobernadora Maru Campos, por su parte, ha mantenido una postura de confrontación constante con el gobierno de López Obrador. Hasta ella debe estar cansada de tanta bronca innecesaria. Esta actitud no solo dificulta el diálogo, sino que también obstaculiza el avance de proyectos y políticas que podrían beneficiar significativamente a Chihuahua. La falta de reciprocidad en el diálogo propuesto por Sheinbaum podría seguir frenando el desarrollo estatal y la cooperación intergubernamental necesaria para enfrentar los desafíos actuales.
En este contexto, la apertura al diálogo y la cooperación interpartidista que propone Sheinbaum se presenta como una vía necesaria para superar las barreras que han impedido el progreso en Chihuahua. Su enfoque inclusivo y constructivo, repetimos, contrasta con la estrategia de confrontación de Campos, ofreciendo a los ciudadanos una alternativa que promete trabajar en beneficio de todos, sin importar la afiliación política.
Los chihuahuenses tienen la oportunidad de elegir entre continuar con un liderazgo confrontacional o apostar por una perspectiva que fomenta el diálogo y la colaboración. La decisión que tomen el próximo 2 de junio será crucial para el futuro del estado y su relación con la federación.
Y ya que andamos en este asunto de Sheinbaum en Chihuahua, ayer la muy posible primera presidenta de México, le dio el espaldarazo a Cruz Pérez Cuéllar. Y es que esto puede verse simbólico porque se da en la capital del estado, en último bastión panista en Chihuahua, en territorio de Maru.
Por eso somos los rompenueces.