Pos una vez más, la sombra del exgobernador César Duarte emerge, esta vez en el ámbito del Poder Judicial del Estado de Chihuahua. La reciente concesión de una licencia de 20 días con goce de sueldo al Magistrado Luis Villegas Montes para promover la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez ha levantado serias sospechas sobre la injerencia de viejas redes de poder en el presente político. Esto, pues, no solo pone en evidencia la persistencia de los intereses duartistas, sino también un claro intento de apoyar a la derecha conservadora en un momento crítico para la política mexicana.
Y es que el Consejo de la Judicatura, en un movimiento que ha generado fuertes críticas, otorgó el 27 de febrero de 2024 esta licencia al Magistrado Villegas Montes, quien no tardó en presumir que su intención era hacer campaña contra el «narcopresidente» Andrés Manuel López Obrador y su «narcocandidata» Claudia Sheinbaum. En un lenguaje que recuerda los tiempos más polarizados de la política mexicana, Villegas Montes dejó clara su postura y su misión: combatir con toda su fuerza al movimiento de la 4T y posicionar a Gálvez como la candidata de la «decencia» política.
Pero este episodio, pues, no es un hecho aislado. Luis Villegas Montes, conocido activista en favor del PAN y el PRI, ha utilizado su posición en el Poder Judicial para promover abiertamente la agenda conservadora. Desde que Xóchitl Gálvez anunció su participación en el proceso de selección del PAN y el PRI en junio de 2023, Villegas Montes se dedicó a formar redes de apoyo, organizando grupos de WhatsApp y articulando una estrategia de promoción que lo llevó a solicitar múltiples licencias del Poder Judicial, algunas de ellas sin goce de sueldo, pero siempre con un objetivo político evidente.
Resulta y resalta que lo más alarmante de esta situación es que Villegas Montes no es un magistrado cualquiera. Su ascenso al cargo fue facilitado por el exgobernador César Duarte, un político cuya administración estuvo marcada por la corrupción y el desvío de recursos públicos. Duarte, ahora prófugo de la justicia, dejó una red de aliados en el gobierno de Chihuahua que aún hoy parecen operar en las sombras, manipulando el aparato judicial para beneficiar a sus aliados políticos. Villegas Montes, junto con otros miembros del Consejo de la Judicatura, ha sido señalado como parte de esta red de protección duartista, que ahora busca preservar su poder apoyando a figuras como Gálvez.
La licencia otorgada a Villegas Montes, quien durante esos 20 días se dedicó exclusivamente a hacer campaña, refleja un uso indebido de los recursos públicos y un desprecio por la imparcialidad que debería caracterizar a un magistrado. Mientras tanto, el sueldo que se le pagó con los impuestos del pueblo de Chihuahua sirvió para financiar una campaña que, lejos de buscar el bien común, parece más interesada en mantener los privilegios de una élite política que se resiste a perder su influencia.
El apoyo de Villegas Montes a Xóchitl Gálvez también tiene una dimensión simbólica. Representa la resistencia de los viejos poderes a aceptar el cambio que representa la 4T y, en particular, la figura de Claudia Sheinbaum. La agresividad con la que se ha atacado a Sheinbaum, tildando su victoria de «megafraude», revela un miedo profundo a que las transformaciones sociales y políticas impulsadas por López Obrador continúen en el futuro. Villegas Montes, con su retórica incendiaria y su desprecio por los votantes de la 4T, encarna ese temor y esa resistencia.
Este caso, pues, nos recuerda de que las viejas redes de poder, lejos de haberse desmantelado, siguen operando con fuerza, utilizando cualquier recurso a su alcance para mantener su estatus y sus privilegios. La sombra de César Duarte, aunque aparentemente lejana, sigue proyectándose sobre la política de Chihuahua, y ahora, sobre el escenario nacional. La lucha por un México más justo y democrático está lejos de haber terminado.