Donald Trump fue coronado esta cuarta y última noche de la convención nacional de un Partido Republicano absolutamente bajo su control, ofreciendo uno de sus discursos clásicos, pero con un giro diferente – declaró que Dios lo salvó de la bala de un asesino para proceder con su propósito especial al presentarse ahora como un líder de todos los estadunidenses y no sólo su partido.
“Di lucha, lucha, lucha. Di Trump, Trump, Trump”, fue el nuevo rap ofrecido por Kid Rock para calentar el ambiente y preparar el escenario para lo que todos esperaron por cuatro días.
Trump apareció, con su ahora famosa oreja vendada, sobre el escenario ante los gritos mientras se toca una canción patriotera bendiciendo a Estados Unidos, saludando ante el delirio de su catedral política.
“Me presento aquí con confianza, fortaleza y esperanza.”, al declarar que “ganaremos” en noviembre y con ello “empezaremos los cuatro años más grandiosos en la historia de nuestro país”. Declaro que “la división en nuestro país tiene que ser curada. Surgimos juntos o nos deshacemos”.
En un discurso que dejaba de tener forma, al rondar por todos los temas que son parte de su marco y repitiendo puntos ya abordados, el tema favorito fue el de “la invasión” de inmigrantes. “Están llegando de cada cuadrante de la tierra, es una invasión en los hechos y este gobierno no hace nada para frenarlo. [Los países] están vaciando a sus cárceles y sus manicomios…”.
En otro momento dijo que esa “invasión masiva en nuestra frontera está difundiendo miseria, crimen, enfermedad y destrucción de comunidades por todo el país”. Y prometió que continuará la construcción del muro para frenar “esa invasión que está matando a cientos de miles de ciudadanos cada año… no lo podemos permitir”.
Y en otro más, acusó que “un 100% de los empleos son tomados por extranjeros ilegales… y que eso está afectando a afroestadunidenses, latinos y sindicatos”.