Ya con la constancia de mayoría que la acredita como la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum refrendó que en su sexenio se dará continuidad a la 4T sobre los cimientos que dejará Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como el mejor mandatario de la historia del país y del que aseguró que no se va a deslindar.
Frente a la plana mayor de Morena, incluidos legisladores y gobernadores en funciones y electos, así como miembros de su gabinete, sostuvo que el dictamen sobre la reforma al Poder Judicial recogerá lo planteado en los foros de discusión, pero dejó en claro que la elección de jueces, magistrados y ministros es un mandato popular que se plasmó en la votación del 2 de junio.
Después de recibir la constancia de mayoría, Sheinbaum se dirigió al teatro Metropólitan para celebrar con los suyos la victoria del pueblo. Ya la esperaban cientos de simpatizantes con banderas y figuras de la próxima mandataria.
La recibieron con la consigna de la primera, la primera, en alusión a que será la primera mujer en ocupar la silla presidencial. Dentro del auditorio, que lució repleto, hasta en los pasillos, resonó el grito de presidenta, presidenta. A su paso, todos se apresuraron a buscar la fotografía del recuerdo, desde senadores hasta gobernadores y secretarios de Estado.
La segunda fila fue ocupada por todos los mandatarios locales en funciones y electos de Morena, mientras en la primera se ubicó a su gabinete. Ahí estuvieron también los actuales secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, y el esposo de la ex jefa de gobierno capitalina, Jesús María Tarriba.
Durante 47 minutos, Sheinbaum desgranó un discurso en el que presentó una larga lista de programas y obras emprendidas por el gobierno que está por concluir. Nuestros adversarios se molestan cuando hablo de Andrés Manuel López Obrador, piensan que me afectan cuando repiten sus insultos cargados de misoginia. Lo que quisieran es que hubiera un deslinde, que marcara diferencia, que lo criticara. No lo voy a hacer. Nunca. Primero, porque para mí ha sido, es y será un honor estar con Obrador, expresó. De manera inmediata, los asistentes replicaron la conocida consigna.
La presidenta electa recordó que en muy poco tiempo, el político tabasqueño cierra su ciclo, por lo que llamó a los morenistas a seguir unidos. Momentos antes, hizo un paréntesis en su alocución, para sugerirles la realización de un congreso en septiembre, en el que se modifiquen los estatutos del instituto político, para trazar una ruta clara que separe la labor del partido y la labor del gobierno, así como nombrar a su próxima dirigencia.
A partir de este llamado, la exjefa de Gobierno explicó que en adelante ya no le corresponderá referirse al movimiento, pues dejo de representar a una parte de sociedad y representó a partir de hoy, a todas y todos los mexicanos.
Pidió a los legisladores aprobar en el corto plazo las reformas enviadas al Congreso por el Presidente, y sobre la judicial, aclaró que se respetarán los derechos y la carrera de los trabajadores. Dijo a los empresarios nacionales y extranjeros que se está fortaleciendo el estado de derecho para erradicar la corrupción, el nepotismo y el privilegio de algunos.
Al igual que lo hizo por la mañana en la sede del Tribunal Electoral, subrayó que su triunfo no es un logro individual, sino que es alcanzado gracias a la lucha de todas las mujeres.
Frente a ese legado, hizo una respetuosa invitación: a que nombremos presidenta, así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera, porque como nos han enseñado, lo que se nombra, existe, lo que no se nombra, no existe.
Después de 200 años del México independiente, de varias generaciones y de 65 presidentes hombres hoy se podrá decir presidenta, remató Claudia Sheinbaum, quien resaltó que en los pasados comicios, el pueblo plasmó dos mandatos claros y contundentes: el primero, es tiempo de transformación, y el segundo, es tiempo de mujeres.