Roberto Rivelino, conocido en su país como “Patada Atómica”, como lo bautizó la prensa mexicana en el primer Mundial celebrado en esta tierra en 1970 por lo fuerte de sus disparos, nació el 1de enero de 1946, en Sao Paulo, por lo que cuenta con 76 años de edad recién cumplidos y fue mundialista en tres ocasiones: México 1970, Alemania 1974 y Argentina 1978.
En el primero de los dos Mundiales aztecas, en 1970, fue campeón del mundo al lado de Pelé, Tostao, Carlos Alberto, Gerson y Jairzinho, entre otros; en Alemania 74, se ubicaron en cuarto lugar y en Argentina 1978 fueron terceros.
Este jugador zurdo, uno de los mejores de la historia, empezó a jugar al futbol en las divisiones inferiores del Palmeiras, y luego continuó en el Corinthians, durante 10 años. En 1975 fue fichado por Fluminense, equipo con el cual ganó dos títulos cariocas (1975 y 1976).
Cuando tenía tan sólo 19 años fue convocado para integrar la selección mayor de Brasil. Desde su puesto de “Wing” o puntero izquierdo, Rivelino mostró su calidad de goleador, pues se destacaba por sus disparos precisos, su calidad de lanzamiento de penales y su excelente pegada para los tiros libres.
Sus mejores partidos los tuvo con la selección de su país, con la que disputó 122 partidos y jugó los tres mundiales citados.
En Alemania 1974 quedó en cuarto lugar y en Argentina 1978, con Zico como figura, terminó en tercera ubicación. Posteriormente, en 1978, fue fichado por el Club Al-Hilal, de Arabia Saudita, ya que el equipo árabe esperaba tener buenas actuaciones. Finalmente Roberto Rivelino se retiró en ese equipo al finalizar la temporada en 1981.
En 1975 fue vendido al Fluminense, con el que consiguió los títulos cariocas de 1975 y 1976, en el equipo de La Máquina Tricolor, que se destacaba por tener más de 10 jugadores internacionales en su elenco.
Entre las curiosidades, se considera a Rivelino como el creador de la viborita o elástica, realizándola por primera vez el 19 de junio de 1975 jugando para el “Flu”, contra el Vasco da Gama, en una jugada que culminaría en un gol antológico.