Pos a hoy el vapuleado Gobierno del Estado iniciará con la repartición de libros de texto gratuitos, que mantuvo secuestrados en sus bodegas, lo que propició un gasto millonario e innecesario en el que resultó beneficiado uno de sus secretarios, además del desembolso de recursos en miles de familias chihuahuenses que tuvieron que gastar en copias solicitadas por los profesores.
Dicen que olla que mucho hierve, sabor pos que pierde, y pos eso le pasó a la gobernadora, que embaucó a empresarios y organizaciones civil en contra del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para golpetear mediáticamente a la Federación.
Fue una derrota estrepitosa para el panismo chihuahuense, pues, que hizo uso de sus peores modales conservadores al calificar los libros de la Secretaría de Educación Pública, como objetos de propaganda comunista y de la ideología de género y hasta se inventó que los contenidos iban a hipersexualizar a las y los alumnos de educación básica.
El show del circo de doña María Eugenia Campos comenzó el 2 de agosto, cuando ordenó a la la Secretaría de Educación y Deporte detener la distribución de Libros de Texto en las escuelas de educación pública del estado de Chihuahua, y es que dos días después promovió una constroversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que el ministro ultraconservador Luis María Aguilar le concedió una suspensión.
Pos el daño fue una mentada de madre para 725 mil alumnos de preescolar, primaria y secundaria que no recibieron su material de estudio y pos a la gobernadora todo le salió mal, se echó encima al pueblo chihuahuense y eso se vio reflejado en la fallida campaña publicitaria en la pidió la donación de libros de años anterior, pero pos no recibió ni mil libros en todos los centros de acopio que abrió en la entidad.
Ya hemos publicado que el Estado gastó 36 millones de pesos en unos cuadernillos didácticos que daban pena ajena, pues, ya que contaban con amplio espacio con contenido de entretenimiento basado en crucigramas y sopas de letras, y pos ya sabe usted, que esos 36 mdp fueron a parar a una imprenta allegada al secretario de Turismo del Gobierno del Estado, Edibray Gómez Gallegos.
Pos se llevó de corbata a más de 50 organismos de la iniciativa privada que le siguieron el juego y que publicaron un desplegado de apoyo a la orden de que no se repartieran los libros, ya la gobernadora vio que el barco se le andaba hundiendo cuando le fueron a llevar a Palacio de Gobierno más de 100 mil firmas.
Pos la verdad que los empresarios se vieron requetemal, todos clasistas y antipopulares, sobretodo los más allegados al Estuche de Maru y su Liga de la Injusticia, que por pura casualidad, aparencen como proveedores del Estado, se trata, pues, de un abuso de poder desmedido en el que se gastaron recursos públicos de las y los chihuahuenses.
Bien por todos los ciudadanos que salieron a las calles a protestar, por los maestros que usaron los libros de la SEP, aunque fuera con copias, bien por los que gritaron que ya están hasta la madre de un gobierno alejado de las causas de los más vulnerables, y que bueno por todos ellos porque ha quedado de manifiesto que el panismo en el poder vive sus últimos años.
Alguien debe pagar por el despilfarro que nunca tuvo razón de ser, la inquilina de Palacio de Gobierno debe regresar el dinero, no era suyo, era de todos nosotros.
Por eso somos los rompenueces.
