Pos la candidata Xóchitl Gálvez ha desplegado una estrategia desesperada y cuestionable: el recurso a la mentira. Es un intento desesperado por ganar puntos en las encuestas. Sin embargo, esta trama ficticia solo sirve para exponer su falta de integridad y su desesperación por alcanzar el poder.
Resulta y resalta que uno de los engaños más recientes de Gálvez tuvo lugar durante su visita a Chihuahua, donde afirmó con desfachatez que, de resultar electa, defendería el agua de la región y renegociaría los términos de su distribución con Estados Unidos en 2025.
Esta afirmación carece de fundamento y demuestra una profunda ignorancia de los acuerdos internacionales vigentes.
Es evidente que Gálvez ha optado por una estrategia propagandística sin sustento, tratando de capitalizar la preocupación legítima de los ciudadanos sobre el suministro de agua en la región. Sin embargo, su intento de manipular este tema sensible para obtener réditos políticos demuestra una falta alarmante de ética y honestidad.
Y es que el tratado internacional de aguas entre México y Estados Unidos establece claramente los procedimientos para el manejo de los recursos hídricos en casos de escasez, y la idea de renegociar estos términos a menos de un año de su vencimiento es completamente irreal.
Además, las afirmaciones de Gálvez sobre la posibilidad de dejar a los agricultores de la región sin agua carecen de fundamento, ya que los acuerdos existentes garantizan un suministro adecuado incluso en tiempos de sequía extrema.
Pero la mentira de Gálvez no se detiene ahí. Durante su discurso en Camargo el pasado 14 de abril, la candidata se aventuró aún más en el terreno de la fabulación al afirmar que, de no renegociarse el acuerdo con Estados Unidos, la región se enfrentaría a una crisis hídrica sin precedentes.
Esto es alarmista alarmista, diseñado para sembrar el miedo entre los votantes, carece por completo de base en la realidad y revela la desesperación de Gálvez por mantenerse relevante en la contienda electoral.
En última instancia, la estrategia de la prianista de basar su campaña en la mentira y la manipulación solo servirá para minar aún más la confianza de los ciudadanos en el sistema político propuesto por el prianismo. En lugar de ofrecer soluciones reales a los desafíos que enfrenta el país, la candidata opta por el teatro de la falsedad, sacrificando la verdad en el altar de la ambición personal.
Ansina que en un momento en que la honestidad y la transparencia son más importantes que nunca en la política, Gálvez elige seguir el camino de la deshonestidad. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará su farsa? Con menos de un mes y medio para las elecciones presidenciales, solo el tiempo dirá si los ciudadanos están dispuestos a premiar la mentira o si exigirán una verdadera rendición de cuentas a quienes buscan liderarlos.
Bonito fin de semana, nos vemos aquí en este su espacio favorito de Redes Ciudadanas.
Por eso somos los rompenueces.
