La militarización del país, expele un extraño tufo de complicidad, entre el presidente del PRI, Alejandro Moreno y el presidente del país, López Obrador.
Por: Javier Meléndez Cardona
La militarización del país, expele un extraño tufo de complicidad, entre el presidente del PRI, Alejandro Moreno y el presidente del país, López Obrador.
Al tiempo, usted verá cesar las hostilidades de la Señorita Laura II de Campeche que atestaba a su paisano -ya lo traía de una ala- y sobretodo, el priísta volará libre como el viento y, aunque le apeste la alita, no irá a la cárcel.
También, los priistas negociaron las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, por eso vimos recientemente a un envalentonado Alito, espetar que, a diferencia del PAN y PRD, ellos “por sí solos”, sí sabían ganar elecciones. Sentenciaba así, el fin de la alianza Va por México y van por sus canicas.
El relevo de prueba de la hediondez, se produjo en el informe del Gobernador Del Mazo, éste se desvivió en halagos al Presidente de la República, le agradeció hasta la construcción del aeropuerto Felipe Angeles, que sigue sin ser certificado para recibir vuelos internacionales.
A Del Mazo, en el pacto, mínimamente le corresponderá la generosa gracia de la protección de la justicia por la cuenta pública y una Embajada, éstas últimas, convertidas ya en “moneda de cambio” a gobernadores opositores que terminan su mandato y “se portan bien” con los candidatos de la 4t.
¿Dónde está la reserva de dignidad de este país? ¿Será que el Rey Midas-Al revés, todo lo habrá transformado?